¿Por qué hubo bloqueos en la vía a Santa Marta?
Los taponamientos en la Troncal de Oriente llegan a su tercer día sin que se resuelvan las peticiones de las comunidades de la Sierra Nevada.

Los bloqueos en la Troncal de Oriente y la Troncal del Caribe están generando una tormenta económica y social en el departamento del Magdalena.
Mientras más de 250 mil cajas de banano destinadas a la exportación corren el riesgo de perderse, el turismo en Santa Marta, motor económico de la región, empieza a sentir una caída en las reservas y el flujo de visitantes. La parálisis no distingue gremios: productores agrícolas, trabajadores del campo y hoteleros están pagando los costos de una crisis que cuya solución está por verse.
Desde el pasado 2 de junio, comunidades indígenas y campesinas de la Sierra Nevada mantienen bloqueada la troncal de Oriente, en sectores como Julio Zawady (Zona Bananera) y la Y de Ciénaga. En paralelo, el sector de Tasajera en la Troncal del Caribe, otra arteria vital para el turismo, también ha sido escenario de bloqueos e incluso denuncias de actos delictivos contra viajeros.
Dos sectores clave en esta sección del país, comparten la misma angustia: sin movilidad, no hay flujo económico.
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Para los productores bananeros, la situación es crítica. Los bloqueos han dejado varados camiones cargados de fruta que, debido a su carácter perecedero, deben ser exportadas en tiempos estrictos para no perder calidad. Con más de 600 pequeños productores afectados, los gremios advierten pérdidas millonarias y el riesgo de incumplimiento de compromisos comerciales internacionales.
“Los buques en el Puerto de Santa Marta no van a esperar. Si no llega la carga a tiempo, se van. Y las pérdidas las asumirá el productor que ya está sobreviviendo por los bajos precios internacionales”, advirtió José Francisco Zúñiga, presidente de ASBAMA.
“El riesgo es altísimo para los pequeños productores. No usan contenedores refrigerados, sino camiones convencionales. Si no pueden sacar su carga en el día de cosecha, la pierden”, complementó Helena Bornacelly, directora regional de AUGURA.
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Por su parte, el gremio hotelero denuncia que más del 70% de los turistas que llegan a Santa Marta lo hacen por vía terrestre, hoy comprometida por bloqueos y reportes de inseguridad. Las reservas hoteleras están cayendo, se están cancelando paquetes turísticos y pequeños prestadores de servicios comienzan a ver pérdidas irrecuperables.
“No solo se están perdiendo miles de cajas de banano, sino que también se están perdiendo turistas. Santa Marta no puede seguir siendo rehén de bloqueos que afectan su reputación como destino seguro y sostenible”, afirma Omar García, presidente ejecutivo de Cotelco Magdalena.
A pesar de reconocer las legítimas demandas sociales, los gremios insisten en que el cierre de vías no puede seguir siendo el canal para exigir atención del Estado, especialmente cuando impacta sectores enteros que también sufren las consecuencias del abandono institucional.
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Cotelco Magdalena, Asbama y Augura coinciden en la necesidad urgente de que el Gobierno Nacional active mesas de concertación con enfoque estructural y que la fuerza pública garantice la movilidad y la seguridad en las principales vías del departamento.
“Estamos al borde de una crisis sistémica. Agricultura y turismo son las dos columnas económicas del Magdalena. Si colapsan, colapsa todo el territorio”, resume un vocero del sector empresarial local.
Mientras tanto, productores y hoteleros hacen lo que pueden para sostener a sus empleados, responder a sus compromisos y evitar una catástrofe aún mayor.