En el programa Siempre contigo con Silvia Corzo, la psicóloga Jenny García Bonilla, especialista en educación y familia, explicó qué caracteriza una relación tóxica, cómo diferenciarla de una relación abusiva y qué pasos seguir cuando un vínculo deja de generar bienestar.
Según la experta, “una relación tóxica es aquella que no me proporciona bienestar y tiene un costo emocional alto”. Aclaró que este tipo de vínculos no se limita a la pareja, sino que también pueden darse “a nivel laboral, familiar o con amigos”. Agregó que lo fundamental es identificar cuándo una relación deja de aportar armonía y se convierte en una carga emocional.
¿Cuál es la diferencia entre una relación tóxica y una abusiva?
García Bonilla insistió en no confundir las relaciones tóxicas con las abusivas. “En la tóxica no hay daño consciente, en cambio, en la abusiva sí lo hay”, explicó. Mientras las relaciones tóxicas se caracterizan por el desgaste emocional y la frustración, las abusivas implican violencia física, psicológica o sexual. “Cuando hay abuso, ya no es una relación tóxica, es una relación de dominancia”, señaló.
La psicóloga advirtió que normalizar el término “tóxico” puede llevar a minimizar situaciones graves. “No podemos decir que estamos en una relación tóxica cuando hay maltrato. Si hay abuso, no puedes mejorarla, porque hay una relación de poder donde uno domina y el otro está sometido”, afirmó.
García Bonilla añadió que existen personas que generan malestar por su comportamiento, aunque no siempre sean conscientes del daño que causan. “Todos somos agentes de bienestar, pero también podemos ser fuente de malestar si no cuidamos lo que decimos y cómo nos relacionamos”, explicó.
¿Cómo poner límites sanos en una relación?
La especialista recalcó que uno de los principales indicadores de una relación dañina es el deterioro en la comunicación. “Cuando el lenguaje es descalificativo, violento o indiferente, estamos haciendo daño”, dijo. También mencionó los silencios intencionados, la falta de reconocimiento y las dinámicas disparejas como señales de alerta.
Para evitar que las relaciones se tornen nocivas, destacó la importancia de los límites claros. “En una relación sana, ambos deben saber hasta dónde pueden llegar. No se trata de imponer, sino de construir acuerdos”, expresó.
García Bonilla sugirió establecer normas básicas de respeto, como no levantar la voz, no agredir y cuidar el lenguaje. “Cuando logramos definir nuestros innegociables, podemos relacionarnos desde el respeto mutuo”, señaló.
Finalmente, la psicóloga afirmó que en algunos casos es necesario tomar distancia. “Hay distancias que son sanas, incluso dentro de la familia o con la pareja. Alejarse puede permitir procesos de sanación y reconciliación”, aseguró.
Concluyó que reconocer cuándo una relación deja de nutrirnos es un acto de autoconocimiento. “Nutrir el ser es esencial. Si me conozco, entiendo lo que quiero y necesito, puedo relacionarme desde la armonía y no desde el sometimiento”, afirmó.