La historia de José Audelino Castillo es un testimonio doloroso y contundente sobre las consecuencias del consumo de licor adulterado en Colombia. Tenía apenas 27 años cuando, tras una noche de celebración con conocidos, perdió por completo la visión. Hoy, a sus 78 años, lleva más de medio siglo viviendo en la oscuridad, una condición que, asegura, pudo evitarse.
El hecho ocurrió en el centro de Bogotá, en inmediaciones de la calle Jiménez, en el sector conocido como Los Emeralderos. Castillo se había reunido con varias personas para cerrar un negocio y decidieron celebrarlo en un bar-restaurante. Durante la noche consumieron licor ofrecido en pequeñas botellas, aparentemente normales.
“Nunca nos dimos cuenta de que era licor adulterado. A esas horas ya muy altas de la noche tocando la madrugada uno ya no sabe ni qué está tomando”, recuerda.
Los primeros síntomas
Al día siguiente cada uno siguió su camino. José Audelino empezó a sentirse mal: dolor de cabeza intenso, mareo, desorientación y una sensación extraña en la vista. Primero dejó de ver por un ojo y, horas después, perdió completamente la visión.
Acudió de urgencia a atención médica. Tras varios exámenes, el diagnóstico fue devastador: daño irreversible del nervio óptico causado por alcohol adulterado.
“No había nada que hacer. El médico me dijo que no se podía hacer más nada. El nervio óptico estaba totalmente afectado”, relata.
Un saldo fatal
José Audelino no fue la única víctima. De las cuatro personas que consumieron el licor esa noche, una murió, otra sufrió una trombosis severa y dos quedaron ciegas de manera permanente, incluido él.
“Fuimos dos ciegos, uno muerto y uno muy mal. Eso pasó porque no éramos amigos cercanos, solo coincidimos ese día por negocios y estábamos celebrando haber llegado a un acuerdo, porque era bueno para cada uno”, explica.
Hace más de cinco décadas no existían mecanismos de denuncia ni difusión. El caso nunca fue investigado ni tuvo consecuencias legales.
Vivir sin ver
Quedar ciego a los 27 años marcó su vida para siempre. Castillo describe la pérdida de la visión como “el choque más duro” que puede enfrentar una persona.
“Uno estaba bien, veía bien, y de un momento a otro no ver nada. De ahí en adelante todo cambia. Uno depende de los demás, tiene que preguntar todo, pedir ayuda para todo, eso es muy duro”, dice.
También relata el rechazo social y la discriminación que ha vivido, porque muchas personas creen que está pidiendo limosna.
“Muchas veces uno llega a un lugar y piensan que va a pedir limosna. No lo atienden, lo rechazan. Eso es lo más triste: que lo discriminen solo por ser ciego”.
A pesar de ello, decidió no rendirse. Con esfuerzo y rehabilitación rehízo su vida. Hoy vive solo, realiza sus actividades de manera independiente, practica zumba y danzas, se mantiene activo y afronta una vida diferente.
“No todos logran salir adelante. Muchos compañeros se dejan vencer por la tristeza. Yo luché para seguir viviendo, solo que de una forma distinta, acomodándome a las nuevas condiciones en la que me encontraba, pensando siempre cómo superar las adversidades y no rendirme”, afirma.
Un llamado en temporada decembrina
En vísperas de Navidad, José Audelino hace un llamado urgente para evitar tragedias similares. Su mensaje es claro: no comprar licor en sitios no autorizados ni dejarse tentar por precios bajos.
“Compren licor solo en supermercados y tiendas autorizadas. Revisen las tapas, las fechas, que no sepan raro. Si vale dos mil pesos menos, no lo compren. Por eso quedé ciego para toda la vida”, advierte.
Recuerda que el licor adulterado no solo causa ceguera, también puede provocar muerte, trombosis y daños irreversibles.
“No dañen una fiesta por ahorrar unos pesos. El alcohol adulterado mata”, insiste.
Con más de 50 años viviendo sin ver, José Audelino Castillo es un testimonio vivo de una práctica ilegal que sigue cobrando víctimas en Colombia. Su historia es una advertencia para que la celebración no termine en tragedia.
Autoridades alertan sobre riesgos mortales del licor adulterado
Ante el incremento del consumo de bebidas alcohólicas en la temporada de fin de año, autoridades y expertos reiteraron el llamado a extremar precauciones frente al licor adulterado, una práctica ilegal que representa un grave riesgo para la salud y la vida.
Néstor Raúl Buitrago López, funcionario del Instituto Nacional para Ciegos (INCI), señaló la importancia de atender las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de control, especialmente en diciembre, cuando se reportan casos de intoxicación por alcohol ilegal.
“El licor adulterado puede causar daños irreversibles, como ceguera permanente, lesiones neurológicas severas e incluso la muerte. Es clave no bajar la guardia y seguir todas las recomendaciones de prevención”, afirmó.
El peligro del metanol
Las autoridades de salud advierten que el principal riesgo del licor adulterado es el metanol, una sustancia altamente tóxica usada por su bajo costo. Una vez ingerido, se metaboliza y se convierte en compuestos responsables de graves afectaciones al sistema nervioso, al hígado y al nervio óptico.
Tan solo dos onzas de metanol pueden ser letales. Los síntomas más frecuentes incluyen dolor de cabeza intenso, visión borrosa, dolor abdominal, dificultad para respirar, convulsiones y dilatación de las pupilas.
Ante cualquiera de estos signos, las autoridades insisten en no aplicar remedios caseros y acudir de inmediato a un servicio de urgencias.
Medidas de prevención
Las autoridades reiteraron las siguientes recomendaciones:
- Comprar licor solo en establecimientos autorizados.
- Verificar sellos, etiquetas y estampillas en buen estado.
- Desconfiar de sabores, olores o colores extraños.
- Evitar precios excesivamente bajos.
- Destruir las botellas vacías para impedir su reutilización.
- Denunciar lugares donde se sospeche producción o venta de licor adulterado.
Un llamado a la prevención
Desde el Instituto Nacional para Ciegos se recordó que muchas personas con ceguera irreversible perdieron la visión por consumir alcohol adulterado sin conocer los riesgos.
“Seguir las recomendaciones puede marcar la diferencia entre celebrar y lamentar una tragedia. La prevención salva vidas”, concluyó Buitrago López.
Las autoridades subrayaron que la colaboración ciudadana es clave para frenar este delito y evitar que el licor adulterado siga cobrando víctimas durante las festividades de fin de año.