El estrés laboral puede convertirse en un problema de salud cuando se vuelve crónico y no se implementan estrategias de manejo, así lo afirmaron especialistas en entrevista con La FM. Según Daniel Alejandro Páez Acevedo, psicólogo cognitivo, “cuando esto se está volviendo crónico y no se le está dando ningún tipo de solución, el organismo empieza a liberar una cantidad enorme de cortisol y ese cortisol hace que estés en permanente estado de degradación”.
Páez explicó que el estrés laboral normal es una respuesta adaptativa del cuerpo ante situaciones desafiantes, pero que se transforma en un problema cuando la persona no encuentra salida a las dificultades. “Tu cuerpo reacciona como una amenaza. Todo es una amenaza lo que hay alrededor”, dijo, describiendo cómo la exposición constante a un ambiente hostil o un jefe conflictivo puede afectar la salud.
¿Qué enfermedades físicas se pueden generar por estrés laboral?

El psicólogo detalló que los primeros síntomas físicos se manifiestan como cansancio y alteraciones en el sueño. “Lo primero que tú lo vas a sentir es con la fatiga, tu cuerpo lo va a empezar a sentir con insomnio, problemas digestivos, falta de apetito, gastritis, migraña, dolores de cabeza frecuentes, dolores de ojos o tensiones musculares”, señaló. Además, mencionó que pueden aparecer tics u otras manifestaciones somáticas y que los sistemas digestivo, nervioso y muscular son los más afectados.
En términos de salud mental, Páez mencionó que el estrés laboral crónico se asocia principalmente con trastornos de ansiedad y episodios depresivos. “Puedes pasar por episodios depresivos porque precisamente no hay una salida a la mano”, afirmó. Aunque reconoció que no se puede establecer una relación causal directa entre estrés laboral y eventos como paros cardiorrespiratorios, indicó que el estrés puede ser un factor contribuyente junto con otras condiciones de vida.
Catalina González Martínez, psicóloga especializada en salud pública, coincidió en que los efectos del estrés laboral también impactan la productividad y las relaciones interpersonales. Señaló que el agotamiento emocional, la despersonalización y la falta de realización personal son indicadores clave del llamado síndrome del empleado quemado o burnout. “La persona de forma directa comienza a disminuir su productividad. Es algo así como si funcionáramos en piloto automático”, explicó.
González Martínez agregó que las afectaciones fisiológicas incluyen alteraciones en el sueño y la alimentación, que pueden exacerbar la irritabilidad y la fatiga, creando un círculo vicioso que afecta tanto al individuo como a su entorno laboral.
¿Cómo identificar y prevenir el estrés laboral crónico?

Páez indicó que las señales de alerta para buscar ayuda psicológica incluyen cambios en el estado de ánimo, sentimientos de agotamiento y deterioro en relaciones personales. “Si la persona ve que algo está deteriorándose y la única causa que encuentra son sus condiciones laborales, puede levantar la mano y pedir ayuda”, explicó.
Respecto al tratamiento, el psicólogo señaló que la psicoterapia se centra en dos líneas principales: enseñar habilidades de resolución de problemas o ayudar a aceptar situaciones que no pueden cambiar. “Se trabaja que aprendas a resolver los problemas o que aprendas a aceptarlos con habilidad”, precisó. También destacó la importancia de cuestionar creencias rígidas y la autoexigencia, replanteando prioridades y ajustando reglas personales a la realidad del contexto laboral.
En cuanto a estrategias preventivas, Páez recomendó tres prácticas: mantener una vida integral con buena alimentación, ejercicio y contacto con la naturaleza; incorporar meditación o atención plena realizando una actividad a la vez; y mejorar la comunicación para expresar necesidades y aclarar expectativas laborales. “Conocer lo que tú necesitas y mejorar las habilidades de comunicación para poder responder a las expectativas realistas”, señaló.
Desde la perspectiva empresarial, Páez enfatizó la relevancia de generar un clima laboral que no castigue el error. “Nunca castigar el error. Comprender qué problema tuviste para tener ese resultado. Eso funciona muchísimo”, aseguró, subrayando que la cultura organizacional debe favorecer la apertura y el aprendizaje.
González Martínez añadió que las empresas pueden identificar riesgos mediante sistemas de vigilancia y evaluación psicosocial, así como monitorear indicadores como ausentismo laboral y cambios en relaciones interpersonales o rendimiento. “Si resulta que esta persona comienza a oscilar en incapacidades es un primer indicador de algo que está pasando”, indicó. Asimismo, destacó la importancia de la comunicación interna y la claridad en los roles para facilitar el afrontamiento del estrés y fortalecer el apoyo emocional entre colegas.
La especialista también advirtió sobre errores frecuentes de las empresas: invalidar la situación del empleado, no implementar medidas de prevención y asumir que todos cuentan con los mismos recursos para enfrentar el estrés. Como solución, recomendó prestar atención a los indicadores, cumplir con la norma de vigilancia psicosocial y considerar las necesidades individuales de los trabajadores.
En términos de síntomas físicos y psicológicos, González Martínez explicó que además de alteraciones del sueño y la alimentación, pueden presentarse irritabilidad, llanto, ataques de pánico y cuadros gastrointestinales asociados a periodos de alta presión laboral. “Hay muchas manifestaciones de que estoy llegando a un momento de agotamiento. (...) La empresa podría hacer seguimiento psicológico más no intervención directa”, aclaró, diferenciando entre contención emocional y psicoterapia profesional.
Ambos especialistas coinciden en que el estrés laboral crónico puede afectar múltiples dimensiones de la salud y la productividad. La identificación temprana de síntomas, la implementación de estrategias preventivas individuales y organizacionales, y el acceso a apoyo psicológico son fundamentales para mitigar sus efectos y mantener la funcionalidad tanto del empleado como del entorno laboral.