Fuentes de inteligencia aseguran que los reportes de operaciones sospechosas no pueden ser conocidos por otras entidades. Jorge Lemus es la cabeza de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI).
Para Colombia se prevén más consecuencias en todo el sistema de inteligencia financiera. Esta es una de las herramientas más efectivas en la lucha contra el narcotráfico, incluso más relevante que las incautaciones de cocaína en el mar o en cargamentos terrestres, porque el objetivo de la inteligencia financiera es afectar a los grandes capos, no a los eslabones menores de la cadena.
La crisis de inteligencia financiera en el Grupo Egmont
Como lo reveló en su momento La FM, Colombia salió del Grupo Egmont, organismo global que agrupa a todas las instituciones de inteligencia financiera del mundo para cooperar en el intercambio de información sobre activos, seguimiento de transacciones internacionales y acciones contra bienes de narcotraficantes, lavadores de activos y capos de la mafia.
El presidente tomó la decisión, en septiembre del año pasado, de revelar un documento confidencial del Grupo Egmont en el que la agencia de inteligencia financiera de Israel confirmaba la transacción para la compra de un software llamado Pegasus. Esa revelación bloqueó a Colombia del acceso a la información de las unidades de inteligencia financiera del mundo y no probó nada, ya que el Gobierno de Estados Unidos confirmó que la adquisición se realizó con sus recursos para cooperación militar frente a amenazas a la seguridad nacional. Hasta hoy no existe ninguna prueba de espionaje indebido contra alguna persona en Colombia mediante Pegasus. El presidente prometió publicarlas, pero hasta el momento no ha ocurrido.
Ahora surge otro riesgo. El Gobierno designó a Jorge Lemus como director encargado de la UIAF (Unidad de Información y Análisis Financiero). Lemus es actualmente la cabeza de la DNI y un cercano colaborador del presidente Gustavo Petro. Sin embargo, sus funciones en la DNI son completamente distintas a las de la UIAF y reporta directamente a la Presidencia de la República. No ha ofrecido explicaciones detalladas sobre su gestión, sobre la cual existen múltiples interrogantes. Actualmente no se conoce con claridad qué hace la DNI, a quiénes sigue o cuáles son las instrucciones del presidente. Recientemente se supo que, con apoyo de la dirección de Lemus, se estaba protegiendo en un hotel a Willington Henao Gutiérrez, alias el Mocho Olmedo, integrante de las disidencias de las FARC. Era un extraditable, y la operación tenía conocimiento de la Fiscalía, pero no de la Corte Suprema.
El papel de Jorge Lemus en la UIAF
Como director de la UIAF, Lemus tendrá acceso a los ROS (Reportes de Operaciones Sospechosas). Estos son elaborados por el sector financiero, son completamente reservados y dirigidos exclusivamente a la UIAF. En Colombia y en el mundo, la UIAF es el único receptor de dichos reportes. Incluso cuando otras autoridades, como la Fiscalía, los solicitan, la UIAF no los entrega directamente, sino que emite un informe independiente con la información pertinente. Lemus tendría acceso a esa información desde otra entidad, lo cual no está permitido según los estándares internacionales contra el lavado de activos.
“Los reportes de operación sospechosa los generan todos los actores obligados a reportar. Esos reportes surgen de la revisión de operaciones inusuales que pueden resultar sospechosas. Los juegos de azar, los giros postales y las notarías están obligados a reportar, y tienen reserva en la UIAF. El producto del ROS tiene como receptor natural a la policía judicial de la Fiscalía, siempre y cuando haya un fiscal a cargo. Se les entrega un reporte. Con la DNI se pueden compartir informes específicos, pero nunca los reportes directos. Esto pone en riesgo el sistema antilavado”, dijo una fuente que conoce la historia de primera mano a La FM.
Lemus también tendrá acceso a la información financiera de todos los ciudadanos colombianos. Esto puede generar dos efectos: por un lado, la pérdida de confianza del sector financiero, al permitir que una agencia de inteligencia acceda a los reportes financieros; por otro, consecuencias con el GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), que trabaja con Colombia y exige altos estándares de seguridad y confidencialidad para cooperar con el Ministerio de Hacienda, al igual que el Grupo Egmont con la UIAF.
El país podría enfrentar la pérdida parcial o total del acceso a la información y a los reportes financieros de actividades sospechosas por la decisión de delegar esa responsabilidad a una persona que pertenece a otra agencia de inteligencia y que reporta directamente a la Presidencia.