La Alcaldía de San Andrés de Cuerquia, en el norte de Antioquia, rechazó enérgicamente la instalación de un artefacto explosivo en zona rural del municipio, hecho que dejó heridos de gravedad a dos hermanos de 6 y 8 años de edad.
Según información preliminar, el atentado fue perpetrado por integrantes del Frente 36 de las disidencias de las Farc, grupo armado que mantiene presencia en esa región y que, de acuerdo con el Ejército Nacional, continúa empleando artefactos explosivos improvisados en medio del conflicto.
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A través de un comunicado, la administración municipal manifestó su profunda preocupación por el retorno de la violencia al territorio y el impacto que este tipo de hechos genera en las comunidades campesinas.
“Nos duele profundamente que la violencia continúe arrebatando la tranquilidad de las familias y vulnerando los sueños de nuestros niños y niñas, quienes merecen crecer en un entorno seguro, lleno de oportunidades y esperanza”, expresó la Alcaldía en su pronunciamiento oficial.
La entidad local extendió su solidaridad a la familia afectada y reiteró su rechazo ante los ataques que ponen en riesgo la vida e integridad de los habitantes del municipio.
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Por su parte, el Ejército Nacional calificó la acción como una flagrante violación al Derecho Internacional Humanitario (DIH) por parte del Frente 36, comandado por los alias “Primo Gay” y “Richar”, responsables de la instalación de artefactos explosivos en distintas veredas del municipio.
“Estas acciones criminales e indiscriminadas ponen en grave riesgo la vida e integridad de niños, campesinos y demás habitantes de la zona rural, así como de los miembros de la Fuerza Pública que cumplen su deber constitucional de proteger a la población”, señaló la institución castrense en un comunicado.
El Ejército reiteró su condena al uso de métodos y medios prohibidos por el DIH, al tiempo que reafirmó su compromiso de continuar las operaciones para proteger a la población civil y garantizar la seguridad en la región.
Las autoridades locales y militares hicieron un llamado a la comunidad a mantener la calma y a denunciar cualquier actividad sospechosa que pueda poner en riesgo la vida de los habitantes.