El llanto se ha convertido en una de las respuestas del ser humano más universales y expresa tanto tristeza como alegría. Incluso, la neurociencia ha destacado que llorar activa el sistema límbico, lo que permite liberar hormonas como la oxitocina y las endorfinas, permitiendo que el cuerpo recupere el equilibrio luego de momentos fuertes.
Aunque para muchos el llanto solo es una respuesta frente al dolor o alguna emoción fuerte, la ciencia ha demostrado que esto permite activar mecanismos biológicos complejos que alivian la tensión y llegan a un equilibrio tras momentos intensos.
Para Paul McLean, neurocientífico estadounidense, la relación del llanto se da en el cerebro, especialmente en el sistema límbico, pues allí es donde se gestionan las emociones.
La psicóloga holística Sofía Rivaldo explicó en entrevista con La FM que el llanto cumple una función natural y necesaria en el equilibrio emocional del ser humano. Según dijo, llorar permite canalizar emociones intensas y ayuda al organismo a liberar sustancias que generan alivio y bienestar.
¿Por qué el llanto es una respuesta natural del cuerpo?
Rivaldo señaló que el llanto es una manifestación natural de las emociones humanas. “El llanto es natural al ser humano porque somos seres que sentimos y experimentamos emociones que se canalizan a través de él”, afirmó. Explicó que se puede llorar por tristeza, rabia o alegría, y que no siempre está asociado a algo negativo.
Indicó que, aunque socialmente se le atribuyen connotaciones negativas, llorar también surge frente a experiencias positivas. “Lo que nos conmueve también nos hace llorar”, comentó, al referirse a situaciones como un concierto o una conversación significativa que despiertan emociones profundas.
La psicóloga enfatizó que llorar tiene efectos fisiológicos y emocionales. “Se liberan oxitocina y endorfinas después de llorar, lo que genera sensación de alivio”, explicó. Añadió que el cuerpo experimenta una descarga energética que contribuye al equilibrio emocional.
¿Qué pasa cuando reprimimos el llanto?
Rivaldo advirtió que reprimir el llanto puede tener consecuencias emocionales y físicas. Mencionó que desde edades tempranas se asocia la fuerza con no llorar, especialmente en los hombres. “Desde pequeños se les dice que los niños no lloran, y eso genera represión emocional”, expresó.
La especialista sostuvo que esta represión puede afectar la salud mental. “Cuando no lloras, reprimes la emoción, y el cuerpo puede expresarlo de otras maneras, incluso a través de dolencias o ansiedad”, indicó. Para ella, contener las lágrimas no fortalece, sino que impide procesar adecuadamente las emociones.
En contraste, considera que llorar colectivamente puede tener un efecto social positivo. “Cuando un grupo de personas llora juntas, comparte una experiencia liberadora que genera vínculos”, señaló. Según explicó, el llanto compartido refuerza la empatía y la conexión entre individuos.

¿Qué relación tiene el llanto con el cerebro y las emociones?
La psicóloga explicó que existen estructuras cerebrales directamente vinculadas con el llanto y la gestión emocional. “La amígdala, el hipotálamo y el sistema límbico participan en la regulación de las emociones”, detalló. Estas áreas del cerebro permiten controlar la intensidad emocional y evitar que el llanto se vuelva incontrolable.
Sin embargo, Rivaldo advirtió que algunas personas pueden presentar hipersensibilidad o dificultad para gestionar las emociones. “Cuando una persona llora de manera descontrolada o no puede detenerse, ya no es funcional”, precisó. En esos casos, recomienda acompañar el proceso con apoyo psicoterapéutico o psiquiátrico.
También explicó que la música puede influir en la regulación emocional, aunque de manera distinta según cada persona. “La música puede funcionar terapéuticamente como una forma de regular las emociones, pero depende de cada individuo y del tipo de música que escuche”, indicó.
¿Cuándo es recomendable acudir a un profesional?
Rivaldo consideró que llorar ante una situación difícil es natural y adaptativo. “Si estás pasando por un duelo o una situación retadora, llorar es lo más natural. Es un llanto consciente”, afirmó. Sin embargo, precisó que cuando el llanto es prolongado y no se acompaña de acciones de autocuidado, puede ser señal de un problema emocional más profundo.
“No es perjudicial llorar, lo perjudicial es no hacer nada con esa emoción”, dijo. En esos casos, el acompañamiento psicológico ayuda a identificar las causas del malestar. Según la especialista, el llanto es solo el síntoma visible de un proceso interno que necesita atención.
También advirtió sobre el extremo opuesto: la incapacidad de llorar. “Hay personas que no logran conectar con ninguna emoción porque crecieron en entornos fríos o fueron educadas para reprimir”, señaló. En esos casos, el proceso terapéutico busca reconectar al individuo con sus emociones.
Finalmente, Rivaldo hizo un llamado a normalizar el llanto en todos los géneros. “Es una invitación al género masculino a reconciliarse con su vulnerabilidad. Llorar hace parte de la naturaleza humana”, concluyó.