Julián López, presidente de la Cámara de Representantes, dijo estar "dispuesto a escuchar, debatir y analizar las motivaciones del Gobierno nacional frente a su propuesta de asamblea constituyente", impulsada por el presidente Gustavo Petro y el ministro Eduardo Montealegre.
López, quien busca liderar una facción disidente del Partido de la U, aseguró que la Constitución de 1991 "no debe cambiarse", sino "cumplirse", aunque la administración de Petro "ha planteado un diagnóstico que merece escucharse".
El jefe de la Cámara, planteando una postura al menos minoritaria frente al rechazo masivo que el borrador del proyecto de ley ha generado en el Legislativo, afirmó que en el país existen "sensación de estancamiento" y "bloqueos institucionales".
"Defender la Constitución no significa cerrarse al diálogo. Significa garantizar que cualquier discusión sobre su futuro se haga con respeto, con rigor y dentro de la institucionalidad", remató López en un comunicado que publicó horas después de guardar silencio.
La posición de López contrasta con la de su partido, que de tajo rechazó la propuesta. El representante ha guardado cierta afinidad con el Gobierno, y en el pasado ha expresado, por ejemplo, estar de acuerdo con una consulta popular por la reforma a la salud.
Para La U, como para representantes de varios sectores, el borrador es un esfuerzo del Gobierno para agitar a su público de cara a la consulta del 26 de octubre, con la que el Pacto Histórico definirá su candidato presidencial y su lista al Congreso.
López omitió pronunciarse en ese sentido, pero propuso una lista de "condiciones esenciales" que no negociaría ante una futura discusión, como no vulnerar derechos fundamentales, no romper la separación de poderes y no debilitar la confianza ciudadana.