El 2025 sigue dejando un panorama complejo para la economía global. Años después de la pandemia, muchas empresas no han logrado recuperarse del todo y hoy enfrentan graves problemas financieros que las han llevado, incluso, a cerrar operaciones o acogerse a procesos de quiebra.
La industria automotriz, y en especial el sector de vehículos eléctricos, no ha sido ajeno a esta realidad. En las últimas horas, se confirmó que una reconocida compañía del sector tomó la difícil decisión de solicitar protección ante acreedores en Estados Unidos.
Se trata de Nikola, fabricante de camiones eléctricos con sede en Arizona, que presentó una solicitud de bancarrota bajo el Capítulo 11 ante el Tribunal de Quiebras del Distrito de Delaware. Con esta medida, la empresa busca reorganizarse financieramente mientras explora alternativas para vender su negocio.
Como parte del proceso, la compañía también solicitó autorización judicial para avanzar con una subasta y posible venta de sus activos, en un intento por encontrar nuevos inversionistas que permitan mantener parte de sus operaciones.
Pese a la solicitud de protección, Nikola informó que continuará ofreciendo servicios de soporte y mantenimiento para los vehículos que actualmente circulan en carretera. Además, algunas operaciones de abastecimiento de su red HYLA se mantendrán activas, al menos hasta finales de marzo, siempre que cuenten con la aprobación del tribunal.
No obstante, la empresa advirtió que, después de ese periodo, necesitará uno o varios socios estratégicos para sostener este tipo de actividades.
Las razones detrás de la crisis financiera
El CEO de Nikola, Steve Girsky, reconoció que la compañía no fue ajena a los desafíos que enfrenta el sector de los vehículos eléctricos a nivel global.
Según explicó, factores del mercado y condiciones macroeconómicas adversas afectaron seriamente la capacidad operativa de la empresa. Aunque en los últimos meses intentaron levantar capital, reducir deudas y conservar liquidez, los esfuerzos no fueron suficientes para evitar este escenario.
Ante este panorama, la junta directiva concluyó que acogerse al Capítulo 11 era la mejor alternativa para proteger los intereses de la compañía y de sus partes involucradas.

Pérdidas millonarias y bajo crecimiento
Nikola ha tenido serias dificultades para consolidar su modelo de negocio, enfocado principalmente en la producción de camiones eléctricos. Durante el tercer trimestre, la empresa fabricó 83 unidades, pero aun así reportó pérdidas cercanas a los 200 millones de dólares.
En el trimestre anterior, la producción fue de 77 camiones, con pérdidas netas que rondaron los 134 millones de dólares, cifras que reflejan la compleja situación financiera que venía arrastrando la compañía.
Uno de los episodios más polémicos en la historia de la empresa involucra a su fundador, Trevor Milton, quien fue condenado en diciembre de 2023 a cuatro años de prisión por fraude.
Las autoridades determinaron que Milton engañó a inversionistas al exagerar las capacidades de los camiones eléctricos de la compañía, lo que generó fuertes pérdidas económicas. Los fiscales incluso señalaron que algunos prototipos no eran desarrollos propios, sino vehículos de terceros con el logo de Nikola.
También se reveló que ciertos videos promocionales fueron editados para ocultar fallas técnicas. Milton había renunciado a la empresa en 2020, en medio del escándalo.
En medio de la crisis, Nikola contrató a Houlihan Lokey como asesor financiero para buscar una posible venta, luego de intentos fallidos con otros bancos de inversión, incluido Goldman Sachs.
Aunque no se ha elegido un comprador inicial, la empresa aseguró que mantiene conversaciones con al menos tres interesados. Sin embargo, algunos potenciales inversionistas se retiraron al considerar que la inversión requerida es demasiado alta frente a un camino largo e incierto hacia la rentabilidad.