Desde este 30 de diciembre comenzaron a circular en Cartagena los coches eléctricos turísticos, en reemplazo de los coches de tracción animal, según se informó en una entrevista emitida en el programa Habla con ella de La FM, como resultado de una disposición distrital que establece horarios, rutas y condiciones para la operación de esta actividad en el centro histórico de la ciudad.
La senadora Andrea Padilla explicó en entrevista que la medida busca sustituir el uso de caballos por vehículos eléctricos sin eliminar la actividad turística. Señaló que “se trata de sacar a los caballos e incorporar los coches eléctricos”, y precisó que 120 caballos saldrán de esta labor, serán comprados por la administración y entregados en adopción para garantizar su protección.
Según Padilla, el esquema definido por la Alcaldía establece que el Distrito compra los coches eléctricos y los entrega a los cocheros a través de una asociación para que los operen. Indicó que el objetivo es que “las personas que manejaban los coches con caballos sean quienes ahora manejen los coches eléctricos”, aunque aclaró que el punto de discusión está en la propiedad de los vehículos.
La senadora afirmó que muchos de los conductores no eran propietarios de los coches ni de los caballos, sino que trabajaban bajo esquemas de alquiler. “Realmente familias propietarias eran seis, siete u ocho”, dijo, y agregó que ahora se busca que el Distrito sea propietario de la actividad económica y que los cocheros puedan usufructuarla mediante un modelo asociativo.
Padilla indicó que la operación estará regulada con horarios, rutas y puntos de parada, para evitar congestión en el centro histórico, y que la formalización permitirá garantizar ingresos y condiciones de trabajo. Añadió que los coches contarán con sistemas como facturación electrónica, en cumplimiento de lo dispuesto por la Dian, y que la Alcaldía asegura los puntos de carga sin costo adicional para los cocheros.
¿Qué pasará con los cocheros tras la salida de los caballos?
Desde la Asociación de Cocheros, Julio Martínez señaló que la medida afecta a más personas de las inicialmente mencionadas. Afirmó que no son 120 familias, sino “más de 400 familias” las que dependen de esta actividad, y explicó que actualmente existen 180 cocheros, debido a que en cada coche participaban varios miembros de una misma familia mediante turnos.
Martínez sostuvo que la última reunión directa con el alcalde se realizó hace dos años y que, posteriormente, el Distrito emitió un acto administrativo que prohibió la circulación de los coches de caballos. Indicó que la actividad era legal y estaba registrada ante el tránsito distrital, con licencias y pólizas vigentes.
El representante de los cocheros señaló que, aunque se han planteado garantías como vinculación laboral, capital semilla y acompañamiento, “eso en el papel aparece muy bonito, pero en la realidad eso no es así”. Anunció que continúan las mesas de trabajo y procesos jurídicos para definir el futuro de los involucrados, y que este mismo 30 de diciembre se programó una reunión en la Alcaldía para tratar el tema.
Martínez agregó que los coches eléctricos serán propiedad del Distrito y no de quienes han operado la actividad durante décadas, lo que, según dijo, genera inconformidad entre algunos sectores del gremio.
¿Cómo se gestó la transición a coches eléctricos en Cartagena?
El comediante Alejandro Riaño relató que su participación en el proceso comenzó tras presenciar el colapso de un caballo en Cartagena. Recordó que ese hecho fue determinante y que se trató de “ese recuerdo incómodo de estar acá en la ciudad de Cartagena, el día anterior se había desplomado uno de los caballos”. Contó que realizó una transmisión en vivo y que, a partir de los comentarios del público, surgió la idea de implementar coches eléctricos. “La misma gente en los comentarios empezó a decir: ‘vengan, hagamos un coche eléctrico, esto ya existe’”, señaló.
Riaño explicó que impulsó una recolecta que permitió recaudar 98 millones de pesos en 27 horas, con los cuales se construyó el primer prototipo. Indicó que ese respaldo fue inesperado. “Fue una sorpresa grandísima que en 27 horas hubo un recaudo de 98 millones de pesos, con los cuales inicié la construcción del primer prototipo”, afirmó. Añadió que el proceso tomó cuatro años y enfrentó múltiples obstáculos. “El camino fue súper complicado porque no sabíamos que había tantas trabas: cambiar leyes, resoluciones, reuniones con ministerios y puertas cerradas”, dijo.
Señaló que el plan incluye un piloto de tres meses, durante el cual los cocheros inscritos recibirán una mensualidad, y que posteriormente podrán operar los coches bajo un esquema definido por la administración. En ese sentido, sostuvo que “la idea era una mejora no solo para el animal, para la ciudad, sino también para la misma comunidad de cocheros”, y agregó que el objetivo era evitar que la actividad quedara concentrada en pocas personas.
Riaño afirmó que no existe un beneficio económico personal en su participación y que incluso asumió costos de desplazamiento. “Acá está la muestra de que no hubo ningún negocio; terminé sacando plata de mi bolsillo para cada uno de los viajes”, expresó. Añadió que recibió críticas y amenazas durante el proceso, pero sostuvo que el resultado permite que entre 120 y 150 caballos salgan de esta actividad. “Es una emoción grandísima saber que pasan a descansar, que ya se lo merecen”, concluyó.