Durante varios días, los colombianos estuvieron a la expectativa del anuncio sobre el incremento del salario mínimo, luego de que las negociaciones entre gremios empresariales y centrales obreras fracasaran en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, sin que se lograra un acuerdo en torno a una cifra.
Ante ese escenario, el presidente Gustavo Petro, en uso de las facultades que le otorga la Constitución, anunció en una alocución presidencial que el aumento será del 23,8 %, lo que eleva el salario mínimo de $1.423.500 a $2.000.000.
Tras el anuncio, el ingreso quedó desglosado en un salario base de $1.750.000 y un auxilio de transporte de $249.095. Esta cifra se aparta de la propuesta de los gremios empresariales, que planteaban un incremento del 7,21 %, con el cual el salario mínimo habría llegado a $1.526.134, sin incluir el auxilio de transporte.
Esta decisión generó reacciones contrapuestas. Mientras los representantes de los gremios empresariales expresaron preocupaciones por los efectos económicos y fiscales de la medida, movimientos sindicales como la Confederación General del Trabajo (CGT) respaldaron el aumento y lo calificaron como un avance hacia un ingreso que permita cubrir las necesidades básicas de los hogares.
ANDI advierte impactos sobre informalidad, inflación y finanzas públicas
El presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), Bruce Mac Master, calificó la decisión como “extrañísima” y afirmó que carece de “consistencia técnica”. En entrevista con La FM, señaló que, aunque es comprensible que quienes devengan el salario mínimo reciban positivamente el incremento, la medida tendrá efectos sobre una población más amplia.
Mac Master indicó que su mayor preocupación se centra en los 11 a 13 millones de colombianos en la informalidad, quienes, según afirmó, no recibirán el aumento decretado, pero sí enfrentarán un mayor costo de vida. “Ellos no van a recibir ningún aumento del 23%, pero sí tendrán que enfrentar un incremento importantísimo en el costo de su canasta básica”, sostuvo.
El dirigente gremial explicó que numerosos costos del aparato productivo, en especial de las pymes y mipymes, están indexados al salario mínimo, lo que, en su criterio, presionará la inflación. En ese contexto, afirmó que los más vulnerables no son quienes ganan el salario mínimo, sino los trabajadores informales, que, según dijo, reciben en promedio 1.040.000 pesos, frente a los 2.500.000 pesos de un trabajador formal.
Sobre el desempleo, Mac Master planteó que la discusión es técnica y que la medición no refleja la calidad del empleo. "Lo que ha aumentado es el 'rebusque', la economía popular y el cuentapropismo, caracterizados por ausencia de contratos y prestaciones", señaló.
Cuestionó la coherencia entre el aumento salarial y la situación fiscal. Indicó que, solo en pensiones, la decisión implicará un costo adicional de entre 8 y 9,5 billones de pesos, y advirtió sobre el riesgo de construir una “riqueza ilusoria” que afecte la canasta familiar de los más pobres.
CGT respalda el aumento y destaca efectos sobre empleo y consumo
Desde el movimiento sindical, el presidente de la CGT, Percy Oyola, afirmó que la decisión fue recibida con “gran satisfacción” y la calificó como un “aumento histórico” que superó lo solicitado por las centrales obreras en la mesa de concertación. En entrevista con La FM, sostuvo que el incremento representa un avance hacia un salario vital, capaz de cubrir las necesidades de una familia de cuatro personas.
Oyola señaló que este enfoque recoge postulados de la doctrina social católica y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que promueven ingresos suficientes para una vida digna. Indicó que la determinación se alinea con esos principios y con las discusiones adelantadas en los espacios de concertación laboral.
Frente a los señalamientos sobre informalidad, el dirigente sindical aseguró que los datos recientes muestran un descenso en la informalidad y que el país registra la tasa de desempleo más baja históricamente. Recordó que advertencias previas sobre destrucción de empleo no se materializaron y que, por el contrario, la ocupación aumentó.
"El incremento salarial ha impulsado el consumo de los hogares, lo que ha beneficiado a distintos sectores económicos, entre ellos el financiero y el comercio", añadió. En ese sentido, sostuvo que los efectos del aumento trascienden el ingreso individual y se reflejan en la dinámica general de la economía.
En conjunto, las declaraciones evidencian visiones contrapuestas sobre los efectos del incremento del salario mínimo. Mientras el sector empresarial advierte impactos sobre inflación, informalidad y finanzas públicas, el movimiento sindical sostiene que la decisión fortalece el ingreso de los hogares y dinamiza la economía.
*Este contenido fue escrito y producido por una inteligencia artificial bajo supervisión y curaduría de un periodista de La FM.