Con el cierre de un nuevo ciclo, crece en muchas personas la necesidad de comprender qué viene y cómo prepararse para el año que comienza a nivel espiritual. En los micrófonos de la FM, distintas voces espirituales ofrecieron una lectura sobre lo que deja el 2025 y los retos que marcarán el 2026, desde perspectivas energéticas y religiosas que, aunque diferentes, coinciden en un llamado a la transformación interior.
Desde Chile, el guía energético Miguel Miranda explicó que el 2025 fue un año de cierres profundos. Según la numerología, se trató de un año 9, asociado a finales, depuración y sanación, además de estar representado por la serpiente, símbolo del cambio de piel.
“Entonces, este año 2025 ha sido de transformación, de transmutación, de quiebres sentimentales, emocionales, familiares, de todo tipo. También ha existido un movimiento potente que es el sentirnos completamente inmovilizados emocionalmente porque ha existido conflictos laborales, conflictos sentimentales”, señaló.
Para Miranda, muchas personas se sintieron estancadas, pero ese aparente freno fue parte del proceso de transformación. De cara al 2026, el panorama cambia, lo describe como el año del caballo de fuego, una energía que impulsa el movimiento, la acción y la transmutación.
En ese camino, recomendó prácticas de autoconocimiento como la meditación, la respiración consciente y rituales simbólicos con elementos naturales, como el agua, la sal de mar o las hierbas.
Desde la Iglesia católica, el padre Leiner Castaño, misionero redentorista y director del programa "Notas Humanas y Divinas” hizo un balance de 2025 como un año de transición marcado por la muerte del papa Francisco, la llegada del papa León y contexto de guerras.
“Guerras que realmente nos están haciendo mucho mal, están lacerando a la humanidad, la humanidad también pues muy materialista, muy alejada de Dios, muy preocupado todo mundo por las cosas materiales, muy ocupados en muchas cosas, en redes sociales, en muchas cosas. Pero bueno, yo creo que también hay movimientos de jóvenes, de gente adulta que buscan la espiritualidad, buscan a Dios”, dijo.
Para el sacerdote, el contexto mundial, guerras, materialismo y avances tecnológicos, exige recuperar la espiritualidad como eje de la vida humana.
El año de la paz
En la misma línea, el padre Walter Zapata recordó que 2025 fue el Año Jubilar de la Esperanza y que el 2026 ha sido declarado como el Año de la Paz.
“Hay valores perennes que tenemos que buscar, como el contacto con Dios, el practicar nuestra fe en la iglesia católica cada domingo, la eucaristía, que si yo soy de otra iglesia, de otra confesión, pues vaya a su confesión religiosa, practique la fe, lea la palabra de Dios, haga el bien, haga obras de caridad.
Así, los mensajes de fe en el 2026 se presentan como una oportunidad para empezar de nuevo, reconciliarse con lo esencial y construir una sociedad más consciente, solidaria y humana.