Las mujeres atraviesan diversas etapas a lo largo de su vida en las que la fertilidad desempeña un papel relevante. En cada una se presentan distintos síntomas que deben atender. En el caso de la menopausia, el cuerpo femenino experimenta transformaciones y señales que requieren atención y comprensión.
Este proceso natural marca el final de los ciclos menstruales, y algunas enfermedades pueden agravarse en esta etapa, como las cardiovasculares, que continúan siendo una de las principales causas de muerte entre las mujeres en todo el mundo.
Además del final de la función reproductiva, la cesación definitiva de la menstruación y la disminución de los niveles hormonales, aparecen síntomas comunes como los sofocos, la fatiga y los cambios de ánimo, que reflejan la transición biológica femenina y afectan directamente la salud del corazón. De acuerdo con expertos, se trata de un riesgo significativo, aunque prevenible.

La menopausia y las enfermedades cardiovasculares
Al llegar a una edad media cercana a los 45 años o más, la disminución natural de las hormonas femeninas, en especial los estrógenos y la progesterona, puede alterar el metabolismo de las grasas y elevar los niveles de colesterol, lo que incrementa el riesgo de desarrollar dislipidemia, es decir, niveles altos de colesterol y otros lípidos en la sangre, así como la posibilidad de sufrir infartos o accidentes cardiovasculares.
Actualmente, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte entre las mujeres, y la llegada de la menopausia amplifica este riesgo, pues muchas se encuentran en plena etapa de productividad laboral y con altas cargas familiares.
En Colombia, la situación es similar: en 2023, las enfermedades cardiovasculares concentraron el 25,2 % de las muertes femeninas, una cifra que representa un desafío para la salud pública.

¿Qué hábitos deben cambiarse para prevenir problemas cardiovasculares en la menopausia?
La menopausia puede presentarse entre los 40 y 50 años. Durante este periodo, los niveles de hormonas reproductivas disminuyen y los ovarios dejan de producir estrógenos y progesterona, lo que genera síntomas físicos y emocionales. Cerca del 80 % de las enfermedades cardiovasculares son prevenibles, lo que demuestra que mantener buenos hábitos puede ayudar a preservar la salud y prevenir complicaciones.
Adoptar hábitos saludables, como realizar ejercicio regular, llevar una alimentación equilibrada y manejar el estrés, resulta fundamental. En algunos casos, las mujeres requieren tratamiento médico para controlar el colesterol; sin embargo, muchas no siguen las indicaciones o abandonan los medicamentos, lo que reduce la eficacia de la prevención.
Al respecto, Marcela Pérez, directora médica de Abbott, explica:
“Hay muchas razones por las que las personas no siguen sus tratamientos tal como se les indica. En el caso de las mujeres que atraviesan la menopausia, incorporar un nuevo hábito, como tomar medicamentos todos los días, puede ser especialmente desafiante. Los cambios físicos y emocionales propios de esta etapa, junto con síntomas como la fatiga o las alteraciones del sueño, pueden afectar la constancia en las rutinas diarias. A esto se suman las exigencias del trabajo y la vida familiar, que con frecuencia hacen que el cuidado personal quede en segundo plano”.
La tecnología también se ha integrado en este proceso de prevención. Con el objetivo de promover la adherencia al tratamiento y facilitar la incorporación de hábitos saludables en la rutina diaria, en los últimos años se han desarrollado diversas herramientas digitales con respaldo científico que permiten hacer un seguimiento de los hábitos y mejorar la constancia en la toma de medicamentos, especialmente en personas con colesterol alto.
“Para las mujeres que atraviesan la menopausia, herramientas como estas apps pueden ser aliadas clave para retomar el control de su salud y mitigar los riesgos asociados con la disminución de estrógeno y progesterona. Combinar la medicación con soluciones digitales de apoyo a la adherencia ofrece un doble beneficio: por un lado, empodera a las mujeres con recordatorios oportunos y personalizados y, por otro, favorece la constancia a largo plazo necesaria para proteger su salud cardiovascular. Además, al incorporar este tipo de herramientas en la práctica médica habitual, los profesionales de la salud pueden ofrecer un acompañamiento más integral y efectivo frente a los desafíos de sus pacientes”, señala Marcela Pérez, directora médica de Abbott.