El estrés se ha convertido en uno de los problemas más recurrentes en un mundo que no se detiene. Los especialistas denominan este fenómeno como síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado, un trastorno derivado del estrés crónico que puede experimentar una persona en el desarrollo de su jornada laboral.
“El burnout es estrés crónico. Significa que hemos estado desatendiendo todas las señales que nos da el estrés”, explicó la especialista en inteligencia emocional y bienestar, Verónica Dovronic, en entrevista con La FM.
De acuerdo con la experta, este tipo de agotamiento laboral tiende a intensificarse en los últimos meses del año, cuando la exigencia laboral y la acumulación de plazos incrementan la carga mental de los trabajadores.
“Existe una creencia errónea de que todo debe cerrarse antes de determinada fecha, y eso termina estresándonos aún más”, señaló.
Aunque el estrés puede considerarse una condición adversa, los especialistas coinciden en que no toda esta tensión es perjudicial. Bien canalizada, puede transformarse en energía enfocada al cumplimiento de metas y objetivos.
¿Puede el estrés ser positivo?
Según los expertos, el estrés moderado puede resultar beneficioso, ya que activa la atención, estimula la creatividad y potencia la capacidad de respuesta frente a los retos. Sin embargo, cuando esta tensión se prolonga en el tiempo, el mecanismo que inicialmente impulsa la acción puede convertirse en un enemigo silencioso de la salud física y mental.
La neuróloga y directora del programa Versania Cuidado y Vida, Diana Carolina Rodríguez, explicó que, aunque los conflictos actuales no son tan vitales como los de hace miles de años, sí son más numerosos y complejos. “Para el organismo, es como si hoy las personas cazaran seis o siete tigres al día”, afirmó.
¿Qué ocurre en el cuerpo cuando hay estrés?
De acuerdo con los especialistas, el cerebro interpreta estas situaciones como potencialmente peligrosas, lo que activa el sistema nervioso simpático, estimula las glándulas suprarrenales y libera adrenalina y cortisol.
Esta respuesta, conocida como “lucha o huida”, acelera el pulso, dilata las vías respiratorias y dirige la sangre hacia los músculos, preparando al cuerpo para enfrentar o evadir el peligro. No obstante, hoy las amenazas suelen ser reuniones, plazos o conflictos interpersonales, ante los cuales el organismo reacciona de la misma manera.
“Como respuesta a un estímulo determinado, el estrés hace parte de nosotros. No siempre es dañino; también puede impulsarnos a actuar, resolver problemas o asumir desafíos con mayor claridad”, explicó Viviana Zapateiro, psicóloga clínica adscrita a Colsanitas.

Síntomas del estrés en el cuerpo
La activación prolongada del estrés puede generar señales de alerta como ansiedad y depresión, asociadas a alteraciones en la serotonina, dopamina y oxitocina. También puede favorecer el síndrome metabólico, con aumento de glucosa, grasa abdominal y resistencia a la insulina, así como gastritis, acidez gástrica, síndrome de intestino irritable, dolores musculares y tensión crónica.
A esto se suman fatiga persistente, dificultades para dormir, irritabilidad y problemas de concentración.
¿Cómo mantener el estrés en niveles equilibrados?
Las especialistas coinciden en la importancia de adoptar hábitos saludables para regular el estrés y potenciar el eustrés:
- Ejercicio regular, que libera endorfinas y reduce la activación constante del estado de alerta.
- Alimentación equilibrada e hidratación, claves para la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina.
- Evaluación emocional, mediante terapia psicológica o meditación.
- Respiración consciente y pausas activas, que ayudan a disminuir el cortisol.
- Descanso reparador, fundamental para el equilibrio hormonal.
- Establecer límites, aprender a priorizar y decir “no”.

Para las expertas, el estrés no desaparece, sino que se transforma a través de estrategias conscientes, permitiendo que deje de ser una carga y se convierta en un impulso de crecimiento y equilibrio.