En Colombia, hablar de salud mental en el trabajo ya no es un tabú. Cada vez más personas están siendo diagnosticadas con ansiedad o depresión, y con ello también surgen las dudas sobre qué puede hacer, o no, un empleador frente a este tipo de situaciones.
Por lo tanto, los trabajadores se preguntan si ¿puede alguien perder su trabajo por tener un diagnóstico de salud mental? La respuesta, según la ley y las decisiones de los jueces, es clara; y es que un diagnóstico no es una razón válida para despedir a un trabajador. El país tiene con reglas para evitar ese tipo de decisiones, que se consideran arbitrarias.
¿Qué ocurre si un empleador despide a un trabajador con ansiedad sin permiso del Ministerio de Trabajo?
La norma define en el artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo cuáles son las causales de despido con justa causa. Allí aparecen conductas graves, tales como fraudes, agresiones o incumplimientos que se hacen de manera constante, pero no aparece nada que se relacione con enfermedades. Por eso, si un empleador quiere justificar un despido basándose únicamente en que alguien tiene depresión o ansiedad, estaría incurriendo en discriminación laboral.

Además, cuando el trabajador está en una situación de vulnerabilidad médica, lo protege algo que se conoce como estabilidad laboral reforzada. Esto significa que, antes de terminar el contrato, la empresa debe solicitar autorización del Ministerio de Trabajo. Sin ese permiso, el despido se considera inválido.
La Corte Constitucional ha reiterado que, si la enfermedad influye en la decisión de despido, se considera ineficaz, por lo que se debe reintegrar al trabajador.
Esto quiere decir que las compañías deben ser muy cuidadosas. No es solo mencionar “desempeño” o “bajo rendimiento”: si el trabajador tiene una condición de salud diagnosticada, el empleador debe demostrar que el motivo del despido no tiene nada que ver con esa enfermedad.
¿Qué acciones legales puede tomar un trabajador despedido por su diagnóstico de salud mental?
Si una persona siente que fue despedida por su ansiedad, depresión o cualquier otra condición mental, tiene varios caminos. Uno de ellos es presentar una queja ante el Ministerio de Trabajo, para que se investigue si hubo discriminación o si la empresa omitió trámites obligatorios.

Otra opción es interponer una acción de tutela, especialmente si el despido afecta su derecho a la salud o a la estabilidad mínima. También existe la posibilidad de iniciar un proceso ante un juez laboral para pedir el reintegro y los salarios que se dejaron de recibir.
La Ley 2460 de 2025, que habla de salud mental en los trabajos, reafirma esas protecciones. Esta norma exige a los empleadores evitar cualquier trato discriminatorio, hacer ajustes razonables en las funciones cuando se necesiten y tener medidas de prevención dentro del lugar de trabajo.
Además, cuando la empresa asegura que hay una razón objetiva para despedir, como problemas de desempeño, debe demostrarlo con documentos, evaluaciones, llamados de atención y la evidencia de que se intentó ofrecer alternativas al trabajador. Si no logra probarlo, los jueces suelen declarar la terminación como arbitraria.