La Policía Nacional desarticuló una organización delincuencial dedicada al tráfico de la secreción de la rana Kambó (Phyllomedusa), tras desarrollar diligencias de allanamiento y registro en Bogotá, Cali, Filandia (Quindío) y San Diego (Caldas).
Según las autoridades, este grupo delincuencial se dedicaba a la recolección y procesamiento del veneno de la rana para luego distribuirlo en formato de tablillas hacia destinos internacionales como Perú y México, donde se promovía para fines no regulados.
Riesgos y Falta de Regulación
Durante los operativos, la Policía incautó cinco teléfonos celulares en poder de igual número de detenidos, los cuales serán rastreados para identificar la cadena completa de la red de tráfico.
La Policía Nacional subrayó que esta operación es un ejemplo de la lucha contra el tráfico de especies silvestres y la delincuencia organizada en Colombia, reiterando el compromiso de proteger la biodiversidad del país.
Las autoridades alertaron sobre los riesgos asociados a esta sustancia, señalando que el veneno de Kambó nunca se ha sometido a análisis químicos, un paso esencial para probar su eficacia y seguridad. Para los expertos, la extracción y el tráfico de este veneno tienen un impacto negativo en la conservación de la especie y en la salud de quienes lo consumen, ya que no está regulado y puede contener sustancias tóxicas.
Usos Tradicionales
El Kambó es una sustancia que, según sus promotores, ofrece varios beneficios físicos y psicológicos, como mejorar la resistencia, agudizar la claridad mental y optimizar la salud general.
Tradicionalmente, algunos grupos indígenas de Brasil, como los katukinas, kaxinawás y ashaninkas, han utilizado dicho veneno en rituales para reforzar el sistema inmunológico.