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La ONU admite que la maternidad subrogada expone a las mujeres a violencia, esclavitud y trata de personas

La defensora del Pueblo, Iris Marín, dijo que Colombia debería tener en cuenta el análisis de Naciones Unidas.

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Actualizado:
Domingo, Agosto 24, 2025 - 05:31
Una mujer sostiene en su teléfono la fotografía de un ecograma que muestra su embarazo.
Imagen de archivo de una mujer que sostiene su teléfono con la fotografía de un ecograma que muestra su embarazo.
Magda Gibelli / AFP

Un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) expone los riesgos a los que se enfrentan las mujeres que se convierten en madres sustitutas a través de la reproducción subrogada, también conocida como maternidad subrogada o vientre de alquiler. Los peligros van desde la violencia física y psicológica hasta la posibilidad de ser víctimas de trata de personas.

La consultora jordana Reem Alsalem, relatora especial de la ONU sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, elaboró el documento, que le presentará a la Asamblea General en octubre. La reproducción subrogada consiste en gestar un hijo para una persona o pareja a través de un arreglo que puede incluir compensaciones económicas y agencias dedicadas al procedimiento.

Según el informe, la práctica "va en aumento en todo el mundo". En 2023 el mercado mundial de la reproducción subrogada estaba valorado en 14,95 mil millones de dólares, y se prevé que en 2033 alcanzará los 99,75 mil millones. En Estados Unidos, por ejemplo, una mujer ligada a una agencia de reproducción subrogada puede recibir una bonificación de entre mil y cinco mil dólares.

El mecanismo afecta "especialmente", explica la ONU, a las madres sustitutas, a las comitentes —o sea, las que contratan a las sustitutas—, a las mujeres y niñas que donan sus óvulos, y a la niñez que nace mediante la gestación subrogada. Y continuar con su realización refuerza la "mercantilización del cuerpo femenino", robustece estereotipos sexistas y aumenta la demanda.

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"Las madres sustitutas son especialmente vulnerables a la explotación y la violencia durante todo el proceso de reproducción si no pueden llegar a fin de mes o si tienen deudas", precisa el informe, que detalla que "a numerosas mujeres" se les niega la bonificación por pasar en el proceso. "Existe el riesgo de caer en un ciclo de dependencia de pagos derivados" del procedimiento, añade.

Todo ello se enmarca en la violencia económica, que no es la única que sufren las mujeres que participan en la maternidad subrogada. También reciben violencia psicológica: "Se suele presionarlas para que ingresen al mundo de la reproducción subrogada, al presentarla como una actividad de demostración de los valores del 'amor' y la 'solidaridad', se lee en el texto.

El informe cita al estudio 'The Miracle Mothers and Marvelous Babies: Psychosocial Aspects of Surrogacy - A Narrative Review', publicado en la Revista de Ciencias Humanas Reproductivas (JHRS, por sus siglas en inglés). La investigación concluyó que las madres sustitutas tienen "niveles de depresión más altos durante el embarazo y después del parto".

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La legislación sobre el tema ha avanzado, con prohibición en algunos países, como Italia; con otras naciones avalando la reproducción subrogada altruista, como Australia, y con Estados permitiendo el vientre de alquiler a nivel comercial, como Rusia e Israel. Pero "ningún marco regulatorio puede prevenir por completo los graves daños" de la separación de una madre y su bebé.

Entre progenitores comitentes y madres sustitutas existe, además, un "desequilibrio de poder" que puede desembocar en "graves consecuencias" cuando quienes contrataron el vientre de alquiler "imponen un aborto en casos de embarazos múltiples o discapacidad fetal". Incluso, "se ha presionado a las madres sustitutas para que interrumpan embarazos sanos".

Alsalem y la ONU manifestaron que el servicio de reproducción subrogada se basa en "el afán de lucro", lo que "aumenta el riesgo de trata de personas en todas las etapas del proceso, en particular para que (se) las envíe a otros países con fines de trabajo reproductivo forzado". Es decir, a las mujeres se les obliga a gestar y a parir en países ajenos a los suyos.

"Los arreglos de reproducción subrogada pueden equivaler o asemejarse a la esclavitud, ya que ponen a las madres sustitutas en una situación en que se hace uso de todas o alguna de las características del derecho de propiedad respecto a ellas", agrega el informe. Los arreglos para la maternidad subrogada exigen regímenes alimenticios, omisión de tratamientos médicos u ovulación artificial.

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El documento incluye un llamado a que los Estados adopten medidas "para que las mujeres no se vean obligadas a involucrarse en situaciones en que sientan que la reproducción subrogada es su único medio para escapar de la pobreza", y recuerda que las leyes penales no deberían criminalizar a las madres sustitutas "que hayan sido víctimas de violencia y abusos".

Alsalem recomienda que los Estados miembros de la ONU avancen hacia la abolición de la maternidad subrogada "en todas sus formas". En Colombia actualmente no está prohibido el vientre de alquiler, y desde 2009 la Corte Constitucional ha afirmado que las técnicas de reproducción asistida, incluyendo la subrogación, "están legitimadas jurídicamente".

El alto tribunal definió en su momento que el país necesita "una regulación exhaustiva" sobre el mecanismo que considere, por ejemplo, que la madre gestante no quiera lucrarse, sino ayudar a otras personas, o la obligación de presentarse a exámenes médicos, antes, durante y después del parto. Hasta el momento, el Congreso nunca ha tramitado un marco jurídico concreto.

La defensora del Pueblo, Iris Marín, calificó en su cuenta de X al informe de la ONU como uno "para estudiar y analizar", dado que "las explotaciones basadas en violencia de género contra la mujer son muy complejas y diversas". La penalista María Helena Luna respondió que "ningún cuerpo puede mercantilizarse", por lo que la maternidad subrogada es una forma explotación reproductiva.

Fuente:
Sistema Integrado de Información