Cuando Zohran Mamdani ganó las elecciones a la Alcaldía de Nueva York, bastaron pocos minutos para que destacadas figuras del cine estadounidense como Spike Lee, Mark Ruffalo, Cynthia Nixon e Ilana Glazer lo felicitaran en redes sociales.
La emoción de estos artistas no solo respondía a su afinidad política o personal con Mamdani, un progresista estadounidense de origen ugandés e indio. También pesó su estrecho vínculo con el cine: su madre es Mira Nair, reconocida directora que contribuyó a internacionalizar el cine independiente de la India.
Quién es Mira Nair, la madre del nuevo alcalde de Nueva York
En la década de 1980, Mira Nair decidió tomar distancia de las grandes producciones de Bollywood y apostó por un cine independiente, social y profundamente humano. Esa visión la llevaría a convertirse en una de las cineastas más influyentes de su generación.
Nair debutó en el largometraje con Salaam Bombay! (1988), una cruda mirada a la vida de los niños en las calles de Bombay. La película le valió el premio Cámara de Oro en Cannes y fue nominada al Óscar, al BAFTA y al Globo de Oro como mejor película internacional.
En 1991 estrenó Mississippi Masala, protagonizada por Denzel Washington y Sarita Choudhury, sobre una familia india exiliada de Uganda durante la dictadura de Idi Amín. La película fue nominada al Independent Spirit Award y consolidó su mirada sobre las diásporas, los choques culturales y la identidad.

Con La boda del monzón (2001), Nair alcanzó su mayor éxito. La cinta, una celebración vibrante de la cultura india y de las dinámicas familiares, ganó el León de Oro en el Festival de Venecia y se convirtió en un referente del cine mundial.
En 2007 fue invitada a dirigir Harry Potter y la Orden del Fénix, pero rechazó la propuesta para priorizar la adaptación de El buen nombre, novela de Jhumpa Lahiri. Con esa decisión reafirmó su compromiso con historias íntimas, culturales y socialmente relevantes.
Su cine está marcado por el interés en explorar tradiciones, identidades y tensiones culturales en un mundo globalizado, con un énfasis constante en la experiencia de las mujeres, su resiliencia y sus desafíos en diversos contextos sociales. Su activismo social ha sido un complemento permanente a su trabajo artístico.
En 1998, destinó las ganancias de Salaam Bombay! a la creación de la Salaam Baalak Trust, organización que brinda apoyo a niños en situación de calle en India. Años después, en 2005, fundó el Maisha Film Lab en Kampala, Uganda, un laboratorio de formación para cineastas jóvenes del África Oriental que trabaja bajo un principio contundente: “Si no contamos nuestras historias, nadie más lo hará”.

Nair también ha demostrado un activismo político firme. En 2013 rechazó una invitación como invitada de honor al Festival Internacional de Cine de Haifa, en Israel, en protesta por las políticas hacia Palestina. En una declaración pública afirmó: “Iré a Israel cuando caigan los muros. [...] Iré a Israel cuando termine el Apartheid. Apoyo a Palestina en el boicot académico y cultural a Israel”.
A través de su filmografía y su activismo, Mira Nair ha construido una carrera comprometida con la justicia social y la representación cultural, valores que hoy resuenan en el ascenso político de su hijo.