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Un estudio hecho en Colombia reveló que los niños de escasos recursos y que viven principalmente en ciudades con mayor altitud, presentan graves problemas de sueño.
El doctor Álvaro Ruiz, docente investigador de Medicina Interna y epidemiólogo de la Universidad Javeriana, realizó un análisis Santa Marta, Bucaramanga y Bogotá, sobre la calidad del sueño de menores de edad.
De acuerdo con el experto, el análisis se hizo a niños de estratos 1,2 y 3 de las ciudades mencionadas y se concluyó que la mayoría de los menores consultados y que son de más bajos recursos, duermen mal.
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Dijo que se detectó una alta prevalencia de problemas de sueño y malos hábitos de sueño en la población pediátrica de Colombia, especialmente en las zonas de mayor altitud.
"Los trastornos del sueño más frecuentes son dificultades para quedarse dormido, roncar, tener pesadillas, hablar dormido, ser sonámbulos, e incluso tener apneas, es decir, dejar de respirar por algunos segundos", dijo.
Agregó que muchas de estas conductas se relacionan con una inadecuada alimentación, lugares no aptos para el descanso de los menores, además de factores genéticos y geográficos, que también pueden afectar.
Indicó que "por nuestros antepasados indígenas tendemos a tener el cuello corto y así es más fácil que haya problemas al dormir, porque se tapa la vía de entrada del aire. También son causas frecuentes que haya problemas en la dentadura, la altitud y un problema que es prevenible es el exceso de peso".
El experto dijo que "se pueden presentar causas asociadas con el alto consumo de azúcares y una mala alimentación, además de no contar con los espacios adecuados para poder descansar bien".
Tras este preocupante informe, en La FM consultamos a ciudadanos y las autoridades en Bucaramanga y Santa Marta, sobre los problemas de sueño para los menores.
En el caso de Santa Marta, la informalidad laboral en los hogares de escasos recursos está desencadenando dificultades en la salud de los niños, como por ejemplo, trastornos del sueño.
Varios trabajadores informales consultados por este medio, precisaron que sus hijos duermen poco debido a las agotadoras jornadas de sus padres, ya que los esperan hasta altas horas de la noche para poder acostarse a dormir.
"Mi hijo se levanta conmigo prácticamente y se duerme a la hora que yo me acuesto. Yo creo que duerme unas cinco o seis horas máximo", dijo un trabajador.
En Bucaramanga, el 22 % de los niños entre 2 y 12 años de escasos recursos tienen inconvenientes con el sueño, según confirmó el secretario de Salud, Juan José Rey.
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El funcionario encendió las alarmas por esa situación, al tiempo que agregó que la Alcaldía ya se está encargado de atender esos casos.
Por su parte, María Clara Betancourt, neuropsicóloga clínica de la Universidad Manuela Beltrán, señaló que es necesario promover una higiene o rutinas del sueño, que favorezcan un verdadero descanso.
"Para el sueño nosotros necesitamos varios factores, el principal es que ojalá se diera en las mismas horas todos los días y promover una higiene del sueño. Tener esas rutinas diarias que favorezcan que realmente el cuerpo esté presto para el descanso y que se cumplan los ciclos de sueño necesarios para que al día siguiente el niño se levante con ánimo y con toda la energía para adelantar sus procesos cognitivos", dijo.
La experta también destacó que "necesitamos el sueño para poder reparar, para poder descansar y para poder almacenar la información que tuvimos a lo largo del día. Es el momento en el que el cuerpo y el cerebro lo que hacen es ver la información del día, desechar la que no es relevante y almacenar la que sí lo es".
Finalmente, el doctor Ruiz señaló que la detección y el diagnóstico tempranos de los trastornos del sueño en entornos de atención primaria de la salud, permitirán la oportunidad de evitar efectos nocivos en el rendimiento escolar, la atención y el desarrollo.
Concluyó que se deben emprender intervenciones de salud pública para reforzar el desarrollo de rutinas, horarios y hábitos de sueño en diferentes grupos de edad.
