El Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) le apunta a seguir fortaleciendo la tradición panadera del país con una apuesta por la producción artesanal y saludable del pan a base de masa madre, una técnica ancestral que hoy se convierte en símbolo de innovación, sostenibilidad y bienestar.
La entidad señaló que a través de su Escuela Nacional de Panadería, ha logrado que más de 4.200 panaderías rurales y urbanas adopten esta práctica, promoviendo un pan libre de aditivos, con mejores beneficios nutricionales y un impacto positivo en la salud intestinal de los consumidores.
“La meta, según el Sena, es llegar a 7.000 panaderías en todo el país antes de finalizar el año 2025”, indicó Jorge Eduardo Londoño, director del Sena.
Afirmó que el programa se desarrolla en las 32 regionales y 58 centros de formación del SENA, donde expertos panaderos comparten su conocimiento con el apoyo de 203 extensionistas formados por la entidad.
“A través de estos espacios, se brinda acompañamiento técnico, capacitación y transferencia de conocimiento a emprendedores, pequeños empresarios y comunidades rurales”, destacó.
Apuntó que esta forma de preparar el pan mejora la alimentación de las personas.
“Estamos recuperando la esencia del pan artesanal, pero con una mirada moderna e innovadora. La masa madre no solo mejora la calidad del producto, sino que también impulsa la economía local y fortalece la identidad gastronómica colombiana”, sostuvo.
La iniciativa, que ya representa una inversión de 5.500 millones de pesos, busca consolidar a Colombia como referente latinoamericano en panificación artesanal, generando oportunidades de emprendimiento y bienestar en las comunidades.
Las regiones con mayor participación en este programa son:
Bogotá D. C., con 883 panaderías vinculadas
Cundinamarca, con 392
Quindío, con 338
Valle del Cauca, con 263
Cauca, con 171
Atlántico, con 168
“Estas cifras reflejan el alcance y compromiso del Sena con la formación técnica, la innovación productiva y la promoción de economías sostenibles”, dijo.
Recalcó que, en el acompañamiento integral, muchos pequeños empresarios han logrado modernizar sus procesos, reducir costos y aumentar la calidad del producto, atrayendo una clientela cada vez más interesada en alimentos naturales y saludables.
“La estrategia del Sena no se limita al fortalecimiento técnico. Su enfoque incluye la formación humana y comunitaria, impulsando a panaderos rurales y urbanos a ser agentes de cambio en sus territorios. De esta manera, la panadería artesanal se convierte en una fuente de autoempleo, inclusión y desarrollo local, especialmente en zonas donde las oportunidades son limitadas”, puntualizó el director del Sena.