En el programa Habla con Ella de La FM se habló sobre la percepción del paso del tiempo y la sensación de que los años transcurren con mayor rapidez, un tema que fue abordado por el médico y psicólogo cultural Leonardo Amaya Martínez, invitado al espacio radial.
La percepción del tiempo no es reciente
Durante la entrevista, Amaya señaló que esta sensación no corresponde a una idea nueva y que ha sido analizada desde hace años. “Esto no es nada reciente”, afirmó, al explicar que incluso desde los autores clásicos se reflexionaba sobre la importancia de vivir el presente como eje de la experiencia humana.
El especialista indicó que las personas evalúan permanentemente lo que ocurre a su alrededor. Según dijo, no existe un acceso directo a la verdad de los hechos, sino una interpretación constante de las experiencias, lo que influye en la manera en que se recuerda el tiempo vivido.
La infancia y la intensidad de las experiencias
Amaya explicó que en la infancia y en algunos momentos de la vida las vivencias suelen ser más intensas. “En la infancia nuestras experiencias son mucho más intensas”, señaló, y añadió que esos cambios frecuentes generan la percepción de una vida con mayor cantidad de acontecimientos significativos.
De acuerdo con su explicación, esa intensidad hace que el tiempo sea recordado como más largo, ya que cada experiencia implica un aprendizaje o una novedad que queda registrada con mayor fuerza en la memoria.
La rutina en la vida adulta
En contraste, el invitado indicó que en la edad adulta la rutina puede volverse repetitiva si no se hace un esfuerzo consciente por cambiarla. “Hacemos cosas muy parecidas todos los días”, expresó, al señalar que la monotonía reduce la intensidad de las experiencias cotidianas.
Según Amaya, esta repetición constante provoca que los días se perciban similares entre sí, lo que contribuye a la sensación de que el tiempo pasa más rápido cuando se mira en retrospectiva.
Pasado, futuro y emociones
Durante la conversación también se abordó la relación entre el tiempo y las emociones. El especialista afirmó que muchas personas se enfocan en evaluar el pasado o en anticipar el futuro. “La ansiedad proviene de intentar controlar lo que está fuera de nuestro control”, indicó.
Añadió que emociones asociadas a estados depresivos surgen de la evaluación del pasado y del juicio sobre la propia existencia. “Nos descuidamos del presente”, dijo, al explicar que esa atención desplazada afecta la experiencia del tiempo actual.
Vivir el presente como práctica
Consultado sobre cómo enfrentar esta percepción acelerada, Amaya señaló que una clave es prestar atención a lo cotidiano. Mencionó ejemplos vinculados a encuentros familiares y momentos simples. “El café que te tomas con alguien”, expresó, al referirse a situaciones que suelen pasar desapercibidas.
También recomendó asumir cada tarea con intención. “Eso te hace vivir el presente”, afirmó, al explicar que enfocarse en lo que se está haciendo permite una experiencia más consciente del tiempo.
Una invitación final
Para cerrar, el especialista resumió su planteamiento con una frase directa. “Amalgámate con el presente”, expresó, al señalar que reconocer el momento actual es fundamental para la forma en que se percibe el paso del tiempo, según explicó en La FM.