El pasado de 9 de abril, en el Aeropuerto Almirante Padilla, de Riohacha, La Guajira, hubo un hurto cinematográfico. Hombres armados irrumpieron de manera violenta en la terminal aérea y robaron doce tulas de dinero. La cifra superaba los $8.770 millones.
Las imágenes de los hombres con fusiles en mano intimidando a las personas causaron temor. Eran delincuentes que hacían parte de la banda conocida como 'Los Lobos', dedicada al hurto de vehículos de valores y entidades bancarias.
Tras el hurto, los delincuentes emprendieron la huida y posteriormente incineraron una camioneta en el sector conocido como La Cachaca II, parte del fortín que habían robado también se quemó.
Los habitantes de La Guajira no salían del asombro, mientas los ladrones escapaban de las autoridades. Pero no era el primer gran asalto que cometían, casos similares se registraron en La Guajira, Cesar, Magdalena y Santander, también por este grupo delincuencial.
Tras meses de huir la justicia, 'Los Lobos' preparaban un nuevo ataque. El objetivo era robar un vehículo transportador de valores en jurisdicción de San Francisco y La Vega, en Cundinamarca.
El cerebro detrás la acción criminal era alias El Compadre, uno de los cabecillas de este grupo armado, y cuya principal función era planear estos robos, determinar las rutas de escape y fijar los objetivos. La Policía Nacional, en este caso, se anticipó al millonario hurto.
Así cayeron 'Los Lobos'
Fueron meses de trabajos de inteligencia en los cuales las autoridades les siguieron el rastro a los miembros de esta banda, lo que permitió que en las últimas horas, cuatro de ellos fueran capturados.
Jeiner Álvarez Calderón, alias Campanella; Luis Lemus Ospino, alias El Compadre o El Viejo; Carlos Villazón Durán; y Fredy Polo Martínez, alias DJ, fueron eran requeridos por orden del Juzgado Promiscuo Municipal de Uribia, en La Guajira.
Según las autoridades, 'Los Lobos' contaban con una organización jerarquizada y funciones bien definidas. Algunos de sus integrantes realizaban labores de inteligencia y seguimiento a los vehículos de transporte de valores, otros eran los encargados de la adquisición y manipulación de armas de fuego de largo y corto alcance y los demás se encargaban de la logística para ejecutar los asaltos.
Este grupo, dedicado también a la santería, contaba con una amplia capacidad financiera y logística, lo que les permitía vulnerar los sistemas de seguridad de las entidades afectadas y mantener una red criminal en expansión en el Caribe colombiano.
"Luego de este trabajo investigativo, se logró establecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar, aportando a nuestra Fiscalía General de la Nación los suficientes elementos materiales de prueba que permitió la expedición de tres órdenes de captura y la imputación de cargos por delitos como concierto para delinquir, hurto agravado y calificado, porte y tráfico de armas de fuego", explicó el coronel Ferney Martín Romero, subdirector de Investigación Criminal Encargado de la DIJIN.
Durante la investigación, las autoridades documentaron actividades ilícitas de estos delincuentes como la compra ilegal de armamento, la falsificación de documentos y la alteración de mecanismos de identificación de vehículos.
"Se realizaron las diligencias de allanamiento y registro en las ciudades de Valledupar, Riohacha y en el departamento de Cundinamarca, lo cual permitieron la captura puesta a disposición de autoridad judicial competente, quienes legalizaron la captura, las diligencias de allanamiento y registro", concluyó el coronel Romero.
Ahora, los detenidos deberán enfrentar el proceso judicial y responder ante la justicia por estos millonarios robos que pusieron en jaque la seguridad de las empresas de valores.