El Consejo de Sede de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, anunció una serie de medidas orientadas a restaurar la convivencia y prevenir los recientes episodios de violencia registrados en la Ciudad Universitaria.
En este contexto, el Consejo de Sede presentó un plan de acción compuesto por cinco medidas. La primera es la creación de una mesa de trabajo interinstitucional, en la que participarán la Universidad, la Alcaldía de Bogotá y representantes del Ministerio Público.
El objetivo será articular esfuerzos para generar soluciones coordinadas frente a los disturbios y garantizar un manejo de la seguridad en el entorno universitario.
“Para trabajar una política de seguridad humana, derechos humanos y convivencias, que la sede de Bogotá no tenía. Hemos venido trabajando eso en el nivel interno de los caminos del cuidado, la mesa de seguridad humana, para la política de seguridad humana, toda una estrategia de arte y cultura que nos permite habitar el campus de una manera distinta también“, expresó Carolina Jiménez Martin, Vicerrectora de Sede Bogotá.
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La segunda medida contempla el fortalecimiento de los espacios de diálogo y formación en temas de convivencia y ética. El Consejo también anunció la puesta en marcha de un programa de mediación comunitaria, que ofrecerá herramientas para la resolución pacífica de conflictos internos con el apoyo de estudiantes, docentes y trabajadores.
Asimismo, se realizará una evaluación y actualización de los protocolos institucionales relacionados con la prevención de riesgos y atención de emergencias, con un enfoque basado en los Derechos Humanos.
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Ante la pregunta de si los estudiantes se sienten seguros en el campus, Juan Felipe Mora, representante estudiantil ante el Consejo de Sede Bogotá, expresó que la percepción es diversa dentro de la comunidad universitaria.
“La comunidad universitaria es muy amplia y diversa. No todos los estudiantes han vivido de la misma manera las situaciones con los encapuchados. Algunos se sienten afectados por la interrupción de clases o por los problemas para regresar a sus casas, pero otros no han tenido contacto directo con esos hechos”, explicó Mora.
El representante reconoció que existe cansancio entre los estudiantes frente a la reiteración de disturbios y al uso excesivo de gases por parte de las autoridades. “Hay un agotamiento. Cada semana o cada dos semanas se repite la misma situación, y eso genera desgaste. No podemos seguir normalizando los enfrentamientos”, señaló.
Por su parte, Carolina Jiménez Martín, vicerrectora de la sede Bogotá, informó que la universidad cuenta actualmente con alrededor de 400 personas en labores de vigilancia y unas 120 cámaras activas distribuidas en más de 116 edificaciones.
Además, explicó que avanza un proceso de licitación pública para renovar el contrato de seguridad, en el que participan cerca de nueve grupos proponentes y más de treinta empresas asociadas.