Durante las celebraciones de fin de año, el uso de pólvora tiene efectos directos sobre el bienestar animal, especialmente en perros y gatos. Estos animales no reconocen los sonidos fuertes, las luces ni los olores como parte de una celebración, sino como una señal de amenaza. Así lo explica Karla Johana Carpio Solarte, médica veterinaria y especialista en bienestar animal y etología, quien señala que este tipo de estímulos activa respuestas de miedo, estrés y pánico.
Según la especialista, cuando el estímulo es intenso, la respuesta emocional domina el comportamiento del animal y limita su capacidad de analizar lo que ocurre a su alrededor. En ese estado, los perros y gatos pueden intentar huir, esconderse o quedarse inmóviles. La huida es una de las respuestas más frecuentes frente a la pólvora y representa un riesgo, ya que el animal puede caer, lesionarse o perderse al actuar sin orientación.
Por qué la pólvora genera pánico en perros y gatos

Carpio Solarte explica que perros y gatos tienen una sensibilidad auditiva mayor que la humana y que la pólvora no es un estímulo aislado, sino una combinación de ruido, destellos y olores intensos. Al no comprender el origen de estos estímulos, el cerebro activa mecanismos de alerta que pueden prolongar el miedo incluso después de que terminan las detonaciones. En animales con enfermedades previas, como problemas cardíacos, estos episodios pueden representar un riesgo adicional para la salud.
El Consejo Colombiano de Seguridad y entidades de protección animal han advertido que el estrés provocado por la pólvora también puede generar cambios en el comportamiento, como intentos reiterados de escape, destrucción de objetos o alteraciones en las rutinas habituales de los animales.
Qué hacer para proteger a las mascotas en casa

La prevención se basa en la gestión del entorno y en anticiparse a los momentos de mayor ruido. De acuerdo con recomendaciones del Consejo Colombiano de Seguridad y del portal especializado Más Mascotas, estas acciones ayudan a reducir el impacto de la pólvora:
- Adecuar una zona segura dentro del hogar, lejos de puertas y ventanas.
- Mantener cerrados los accesos para evitar fugas durante episodios de miedo.
- Usar música suave, televisión o ruido constante para atenuar las detonaciones.
- Permitir que el animal se refugie sin obligarlo a salir de su escondite.
- Ofrecer juguetes o actividades que desvíen su atención del estímulo externo.
- Incrementar la actividad física durante el día para favorecer estados de calma.
Estas medidas permiten disminuir la intensidad de la respuesta emocional y reducir el riesgo de conductas peligrosas durante las fechas con mayor uso de pólvora.
Prácticas que no se recomiendan
La médica veterinaria advierte que no se debe automedicar a las mascotas. Algunos medicamentos pueden inmovilizar el cuerpo sin reducir la percepción del miedo, lo que empeora la experiencia del animal. Tampoco existe evidencia científica que respalde el uso de vendajes que simulan abrazos como método efectivo para controlar el pánico.
Prevención desde edades tempranas
En cachorros, la socialización guiada con sonidos fuertes durante etapas tempranas del desarrollo puede reducir la probabilidad de miedos en la adultez. Este proceso debe realizarse de forma gradual y con acompañamiento profesional, ya que una exposición inadecuada puede generar el efecto contrario.