En redes sociales se ha hablado mucho sobre si parpadear varias veces ayudaría a dormir. La práctica, difundida como un recurso frente al insomnio, plantea que repetir el parpadeo de forma consciente durante cerca de un minuto podría facilitar el descanso. La recomendación se ha compartido sin mayor explicación, lo que ha llevado a que muchas personas se pregunten qué ocurre realmente en el cuerpo y en el cerebro cuando se parpadea.
¿Qué pasa en el cuerpo cuando parpadeamos?
En condiciones normales una persona parpadea aproximadamente cada cuatro o cinco segundos, de acuerdo con la Asociación Española para la Educación Visual (VEA). Este movimiento permite distribuir la lágrima sobre la superficie ocular, mantener la hidratación y proteger el sistema visual frente a estímulos externos como la luz intensa u objetos que se aproximan.
La asociación señala que cuando el parpadeo se interrumpe por periodos prolongados, a partir de un minuto puede producirse una desecación lagrimal en la córnea. Esta situación genera molestias como irritación, visión borrosa y enrojecimiento, síntomas comúnmente asociados al ojo seco.

VEA advierte que la reducción del parpadeo no siempre ocurre de forma consciente. En actividades cotidianas que exigen concentración visual sostenida, este reflejo natural tiende a modificarse, lo que puede afectar el confort ocular y la percepción visual.
¿Parpadear ayuda a dormir? Lo que dice la ciencia
Desde la psicología, el parpadeo ha sido analizado como un indicador del estado cognitivo. Daniel Graham, profesor asociado de Ciencias Psicológicas en los colegios Hobart y William Smith, explica que se trata de un proceso natural que también puede realizarse de forma voluntaria.
“Parpadeamos de forma natural cada pocos segundos, y podemos elegir parpadear en cualquier momento”, señala.
Graham ha escrito que “los parpadeos delatan parcialmente tu estado cognitivo” y que una persona parpadea más cuando conversa que cuando lee, lo que permite inferir niveles de atención y concentración. En ese sentido, el parpadeo refleja cambios momentáneos en la actividad cerebral asociados a la forma en que una persona interactúa con su entorno.
El académico también explica que durante el parpadeo se produce una interrupción breve en la actividad del cerebro visual. “Si pudieras parpadear sin cerrar los ojos, tu mundo visual aún se atenuaría, si no se aboliría, durante unas centésimas de segundo”, afirma, al describir cómo el cerebro reduce temporalmente la percepción visual.
Parpadeo, pantallas y pausa cerebral

Graham señala que estos cambios neuronales pueden entenderse como pausas breves dentro de un entorno de estimulación constante. “Los cambios neuronales provocados por el parpadeo podrían ser solo una forma de escapar de las presiones del mundo, aunque sea brevemente”, escribe.
En esa misma línea, la Asociación Española para la Educación Visual (VEA) advierte que durante actividades de alta concentración, especialmente frente a pantallas, las personas tienden a parpadear con menor frecuencia. Esta reducción favorece la aparición de tensión visual y malestar ocular, por lo que el parpadeo también cumple la función de una pausa breve para el sistema visual y el cerebro.
Sobre la relación entre parpadear y el descanso, Graham aclara que cualquier efecto mental asociado a este acto es limitado. “Cualquier efecto directo de los parpadeos en tu mente será corto”, advierte, y agrega que no se deben atribuir efectos prolongados sobre el estado mental o el sueño.
Aunque en redes sociales se ha popularizado la práctica de parpadear hasta 60 veces antes de dormir y muchas personas aseguran que les funciona, hasta el momento no existen estudios científicos que avalen que repetir el parpadeo de forma consciente ayude a conciliar el sueño. Se trata de una práctica popular, pero la evidencia disponible no permite considerarla un método efectivo contra el insomnio, y aún faltan investigaciones que respalden esta afirmación.