Van a estar atentos a más de 60 muertos y 15 embarcaciones, un saldo que deja los ataques de Estados Unidos contra narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, lo que ha incrementado las tensiones diplomáticas entre los gobiernos de Venezuela, Colombia y Estados Unidos, mientras organizaciones de derechos humanos han alertado sobre el riesgo de una escalada militar en la región.
Pese a las acciones emprendidas por el gobierno de Donald Trump contra las narcolanchas, Elliott Abrams, enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, afirmó en diálogo con BBC News que “Trump no tiene ninguna intención de invadir Venezuela; todo es una operación psicológica”.
De acuerdo con el presidente Trump, estas operaciones antinarcóticos tienen como objetivo atacar las avionetas que transportan drogas, los puertos desde donde salen las lanchas, los laboratorios donde se fabrican las drogas o una base en el oeste de Venezuela que serviría para conectar con redes de narcotráfico o con el ELN.
El profesor de Derecho Internacional de la Pontificia Universidad Javeriana, Fabián Cárdenas, afirmó en entrevista con La FM que las recientes operaciones militares de Estados Unidos en el mar Caribe constituyen una incursión en curso y no solo maniobras de disuasión. Según explicó, las acciones armadas iniciadas en agosto evidencian una intervención gradual que se ha extendido hacia zonas cercanas a Venezuela y Colombia.

¿Estados Unidos ya inició una incursión militar en Venezuela?
De acuerdo con Cárdenas, “la incursión ya está ocurriendo desde que Estados Unidos empezó en agosto a pasear embarcaciones militares de alto poder por todo el mar Caribe”. Afirmó que, aunque representantes estadounidenses han negado una intervención directa, las acciones demuestran lo contrario. “Se decía que no, pero llegó el primer bombardeo, llegó el segundo, llegó el tercero, y hoy ya llevamos alrededor de trece bombardeos a lanchas”, señaló.
El académico explicó que, a su juicio, las operaciones iniciaron con el argumento de combatir al Tren de Aragua y al Cartel de los Soles, pero han evolucionado hacia una escalada militar. “Esto hace mucho tiempo dejó de ser solamente un mecanismo de presión y efectivamente es un tema militar”, precisó. Añadió que el deseo del expresidente Donald Trump de capturar a Nicolás Maduro ha sido explícito, lo que incrementa la tensión regional.
De interés:
En cuanto a la presencia del portaviones USS Gerald Ford en el Caribe, Cárdenas indicó que su despliegue responde a una estrategia de presión. “Es una forma de mostrar que Venezuela no tendría la más mínima oportunidad de contrarrestar un conflicto bélico con Estados Unidos”, afirmó. Según explicó, la capacidad del buque permite operar cerca de 90 aeronaves con propulsión nuclear y sin necesidad de apoyo terrestre.

¿Qué implicaciones tiene esta escalada para Colombia y el derecho internacional?
El profesor Cárdenas advirtió que el mensaje de Estados Unidos hacia Colombia se ha equiparado al de Venezuela, especialmente después de que Trump calificara al presidente Gustavo Petro como “narcoterrorista”. “Desde Estados Unidos se están percibiendo esos regímenes casi como homólogos”, señaló. A su juicio, el despliegue militar en el Caribe también ejerce presión sobre el gobierno colombiano.
Sobre los ataques a embarcaciones, Cárdenas explicó que, incluso si se tratara de narcotraficantes, las acciones no tienen sustento legal. “Aún si son narcotraficantes, nadie tiene derecho a matar a un criminal, porque para eso existen las cárceles”, afirmó. Recordó que, en derecho internacional, la pena de muerte está abolida y solo un juez puede determinar la culpabilidad de una persona.
El académico consideró que las operaciones militares son “indudablemente ilegales”, ya que las embarcaciones atacadas no representan una amenaza armada. “Son ciudadanos que no venían atacando y que en ningún momento justifican una eventual legítima defensa por parte de Estados Unidos”, dijo. Enfatizó que el derecho internacional prohíbe el uso de la fuerza, salvo en casos de legítima defensa inminente.
Finalmente, Cárdenas planteó que la respuesta de los países latinoamericanos debe basarse en la cooperación y el respeto a la soberanía. “La región debe unirse para negociar en bloque con Estados Unidos y reiterar la doctrina de la no intervención”, concluyó el profesor de la Pontificia Universidad Javeriana.