La Administración Trump ha tomado la decisión de atacar instalaciones militares dentro de Venezuela, y los bombardeos podrían producirse en cualquier momento, según revelaron al diario Miami Herald varias fuentes con conocimiento directo de la operación.
Los ataques marcarían la siguiente etapa de la campaña militar estadounidense contra el Cártel de los Soles, una organización de narcotráfico que Washington acusa de estar dirigida por el presidente Nicolás Maduro y altos miembros de su régimen.
De acuerdo con los reportes, los objetivos aéreos serían instalaciones militares y centros logísticos utilizados por el cártel, con el propósito de desarticular su cúpula operativa. Fuentes cercanas al plan indicaron que los ataques podrían lanzarse en cuestión de días o incluso de horas, y que Maduro estaría cada vez más acorralado. “Maduro está a punto de verse atrapado y pronto podría descubrir que no puede huir del país aunque quisiera”, dijo una de las fuentes citadas por el Herald.
“Lo peor para él es que ahora hay más de un general dispuesto a capturarlo y entregarlo, plenamente conscientes de que una cosa es hablar de la muerte y otra muy distinta verla venir”.
Según estimaciones de funcionarios estadounidenses, el Cártel de los Soles exporta unas 500 toneladas de cocaína al año hacia Estados Unidos y Europa. En agosto, el gobierno de Trump duplicó la recompensa por información que conduzca al arresto de Maduro a 50 millones de dólares, la mayor recompensa ofrecida en la historia estadounidense.
Otros 25 millones de dólares se ofrecen por la captura de Diosdado Cabello, ministro del Interior, y de Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, ambos señalados de participar en las operaciones del cártel.
Al anunciar la duplicación de la recompensa, la fiscal general Pam Bondi afirmó que Maduro lidera una organización de narcotráfico infiltrada en las fuerzas armadas venezolanas, que colabora con redes criminales transnacionales como el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa.
“Maduro es uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza para nuestra seguridad nacional”, dijo Bondi, al explicar que el aumento en la recompensa busca “estrechar el cerco” en torno al régimen.
Desde enero, Estados Unidos ha incrementado de manera sostenida su presencia militar en el Caribe. La operación naval incluye destructores, aviones de reconocimiento P-8, drones armados MQ-9 Reaper y cazas F-35B desplegados en bases de Puerto Rico, así como patrullas marítimas frente a las costas venezolanas.
En octubre, el secretario de Defensa Pete Hegseth ordenó el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque —compuesto por el crucero USS Normandy y los destructores USS Thomas Hudner, USS Ramage, USS Carney y USS Roosevelt— con más de 4.000 efectivos y cerca de 90 aeronaves de combate.
En las últimas semanas, la fuerza estadounidense ha destruido embarcaciones rápidas utilizadas por redes de narcotráfico, dejando 61 presuntos traficantes muertos, según cifras oficiales.
Fuentes del Pentágono señalaron que el grupo de tarea trasladará sus operaciones a tierra firme ahora que los contrabandistas evitan navegar por rutas marítimas vigiladas.
Analistas militares consultados por el diario de la Florida sostienen que la magnitud del despliegue sugiere que el objetivo final podría ser el derrocamiento del régimen de Maduro, aunque los funcionarios estadounidenses no han confirmado si esa es la intención explícita.
El exenviado especial de Washington para Venezuela, Elliott Abrams, comentó al periodista Andrés Oppenheimer que no cree que Trump busque una ocupación prolongada. “Lo que él prefiere son operaciones selectivas, como el asesinato del general iraní Qasem Soleimani o ataques contra instalaciones nucleares”, afirmó.
Por su parte, Mark F. Cancian, coronel retirado del Cuerpo de Marines y asesor del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), indicó que la fuerza desplegada es suficiente para ejecutar ataques de precisión o intimidación, pero no para una invasión total.
“No hay suficiente poder de combate para una invasión, pero sí lo hay para ataques aéreos o con misiles contra los cárteles o el régimen de Maduro”, explicó.
 
    
         
    
 
    
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