¿Cada cuánto hay que cambiar las sábanas? Esto dicen los expertos sobre la higiene de la cama
El problema no solo es estético. Dormir en sábanas sucias puede provocar desde irritaciones en la piel.

Cambiar las sábanas con frecuencia no se debe solo a la comodidad, también es importante para la salud. Aunque muchas personas no lo tienen como prioridad, los expertos en higiene afirman que no hacerlo puede tener efectos negativos para la piel, la respiración y el descanso.
De acuerdo con varias investigaciones y guías médicas, lo ideal es lavar las sábanas al menos una vez por semana. Esto se debe a que, durante la noche, el cuerpo humano libera sudor, aceites naturales y células muertas que quedan en la ropa de cama. Con el paso de los días, estos residuos pueden convertirse en un ambiente propicio para bacterias, hongos y ácaros del polvo.
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“Las sábanas pueden parecer limpias, pero en una semana ya acumulan millones de microorganismos”, señaló un informe del sitio especializado Time Health.
El problema no solo es estético. Dormir en sábanas sucias puede provocar desde irritaciones en la piel, alergias y brotes de acné, hasta problemas más graves como asma o infecciones respiratorias, sobre todo en personas sensibles.

¿Y si tengo mascotas, sudo mucho o tengo alergias?
En algunos casos, los especialistas sugieren lavar las sábanas incluso con más frecuencia, cada 3 o 4 días. Esto aplica si:
- Duermen mascotas contigo
- Eres alérgico o asmático
- Sudas mucho o vives en clima cálido
- Estás enfermo o tu sistema inmune está comprometido
Además, las fundas de las almohadas no se pueden quedar atrás. Algunos estudios han detectado que, si no se lavan a tiempo, pueden albergar más bacterias que la tapa de un inodoro.
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¿Y el resto de la cama?
Otros elementos también deben mantenerse limpios. Por ejemplo:
- Fundas de almohada: cada 3‑4 días
- Cobijas o mantas: cada 1 a 2 meses
- Edredones: cada 2 a 3 meses
- Colchón: aspirar cada 1 a 2 meses y rotar cada 3 meses

Dormir en una cama limpia no solo favorece el descanso, también contribuye a una mejor salud a largo plazo. Y si bien puede parecer una tarea menor, los expertos insisten en que la higiene del dormitorio es tan importante como cualquier otro hábito de cuidado personal.
Además, mantener una rutina de limpieza en la cama puede ayudar a mejorar la calidad del sueño. Estudios han demostrado que las personas tienden a dormir mejor cuando su entorno está limpio y fresco. La sensación de sábanas recién lavadas también se asocia con una mayor relajación antes de dormir. Para quienes sufren de insomnio o estrés, este simple hábito puede marcar la diferencia. No se trata solo de higiene: una cama limpia también aporta bienestar emocional y mental.