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Una amenaza de bomba anunciada a través de una llamada telefónica demoró unas dos horas el comienzo del partido entre Huracán y River Plate en el estadio Tomás Adolfo Ducó.
Esta alerta generó el desalojo del estadio una hora y media antes de la hora prevista para el pitido inicial y su reprogramación para las 21.10 horas (00.10 GMT del lunes), luego de la inspección del estadio por parte de un comando antiexplosivos. "Seguro fue una broma de mal gusto de alguien que no quiere a Huracán", declaró a la televisión el vicepresidente del club local, Luis Sasso.
Al mismo tiempo, tanto el presidente del anfitrión, Alejandro Nadur, como su par de River, Rodolfo D'Onofrio, coincidieron en esperar el trabajo de las fuerzas de seguridad y postergar el inicio del encuentro.
El encuentro, válido por la decimotercera jornada de la Superliga argentina, marca la vuelta a la actividad oficial para ambos equipos en una clasificación que tiene como líder a Boca Juniors, que suma 33 unidades luego de su triunfo del sábado 2-0 ante Colón. Huracán marcha séptimo con 21 puntos, mientras que River está postergado con 15 enteros.
Con información de EFE
