Informe de Fenalcarbón advierte riesgo de regalías en más de 130 municipios por transición energética desordenada
Fenalcarbón advierte riesgos fiscales y sociales de una transición energética acelerada.

La Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón) presentó el Informe TEC “Transición Energética de los Carbones Colombianos”, elaborado con el Centro Regional de Estudios de Energía (Cree), en el que señala que una transición energética acelerada, sin estrategia clara, podría traer impactos fiscales, sociales y económicos mayores a los previstos.
El documento advierte que los ingresos de regalías e impuestos provenientes de la actividad minera de carbón representan cerca del 95% de los recursos que percibe el país por este sector, y que una caída abrupta pondría en riesgo la financiación pública.
En departamentos como Cesar y La Guajira, estas regalías equivalen a más del 100% de los ingresos corrientes, lo que comprometería la estabilidad regional y los recursos para salud, educación e inversión social.
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Carlos Cante, presidente ejecutivo de Fenalcarbón, afirmó: “Este no es un debate sectorial, es un debate de país. El futuro fiscal de la Nación, la estabilidad laboral de miles de familias y la inversión social en 132 municipios de 11 departamentos dependen de una transición bien planificada”.
Escenarios
El informe plantea tres rutas hacia la descarbonización. En el escenario de “referencia”, con carbono-neutralidad en 2060, se reduciría en 85% la producción de carbones, con impacto moderado sobre regiones productoras.
En el escenario adverso, de carbono-neutralidad en 2050, la producción caería 89%, lo que afectaría la demanda interna y dejaría a los territorios con menos recursos para reconversión laboral y social. En el escenario más gradual, con horizonte 2070 o 2100, se aprovecharían las reservas disponibles y se garantizarían regalías y divisas durante varias décadas, lo que daría más tiempo para planificar la transformación productiva.
Pérdida de empleos y financiamiento
Según el informe, una transición improvisada podría significar la pérdida acelerada de 74.000 empleos y más del 60% de los ingresos por regalías. Cante insistió en que “la transición debe tener un ritmo alineado con las tendencias globales y la demanda del mercado internacional, evitando impactos abruptos que comprometan la estabilidad social y económica del país”.
El presidente de Fenalcarbón subrayó que este proceso debe construirse de manera conjunta entre Estado, regiones y sector privado, y propuso la creación de un Fondo Fiscal para enfrentar los efectos de una transición desordenada.
Además, pidió que las regalías e impuestos del carbón financien programas de reconversión laboral y proyectos de gestión ambiental en los territorios productores.
Por su parte, Tomás González, director del Cree, señaló que “con planeación adecuada, el carbón puede ser motor de la transición, no su obstáculo. La clave está en equilibrar la ambición climática con el realismo económico y social”.
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El gremio reiteró que el carbón no es incompatible con la transición energética y que puede ser un sostén financiero para avanzar hacia una matriz más limpia, mientras se prepara a las regiones para una reconversión productiva ordenada.