Desde el momento del plagio la Fuerza de Tarea Pegazo del Ejército tomó contacto con la familia e inició labores de rastreo en la zona montañosa de Samaniego, Nariño hasta donde fue llevada la víctima.
Las acciones conjuntas con la Policía Nacional y la brigada móvil 19 de esta unidad militar, permitieron establecer mediante el rastro de llamadas un radio de acción en el que se sospechaba podrían mantenerlo.
A estas acciones, las autoridades sumaron presión a través de propaganda en volantes y difusión en emisoras locales enviando un llamado a los delincuentes para que lo dejaran en libertad.
Asegura el coronel Giovanny Ramírez Camacho, comandante (E) de la Fuerza de Tarea Pegazo, que: "la negativa de la familia para pagar 100 millones de pesos a los secuestradores y la colaboración con las autoridades permitió coordinar las acciones para organizar llamados y medidas como una marcha con la comunidad para rechazar esta acción".
El joven fue evaluado por un equipo médico para descartar alguna afectación en su estado de salud, debido a que no recibió alimentos por parte de los plagiarios. El adolescente fue dejado en libertad en zona rural del municipio gracias a la presión de las autoridades.