Han pasado 39 años desde que el municipio de Armero, en el norte del Tolima, desapareció bajo toneladas de lodo y escombros tras la erupción del Nevado del Ruiz, el 13 de noviembre de 1985. Aquella noche, la avalancha bajó por el río Lagunilla y arrasó con todo a su paso. Más de 20.000 personas murieron, muchas de ellas mientras dormían, sin tiempo de escapar de la tragedia.
Después del desastre, quedaron las ruinas, el silencio y la ausencia. Los sobrevivientes se fueron yendo a municipios cercanos como Honda, Mariquita y Guayabal, mientras el terreno quedó en un espacio de memoria. Hoy, casi cuatro décadas después, la palabra Armero sigue despertando dolor y conciencia sobre la importancia de la prevención y el valor de la vida.
Un museo para preservar la memoria
En busca de mantener viva esa historia, el departamento del Tolima trabaja en la consolidación del Museo Arqueológico, Antropológico, Patrimonial e Histórico de Armero (MAAPHA). Esta iniciativa es impulsada por la Corporación Centro de Historia de Armero Tolima, que adelanta la recuperación de objetos, fotografías y documentos que relatan la vida del municipio antes y después del desastre.

El museo tiene como propósito preservar la historia, fomentar la investigación y promover la conciencia sobre la gestión del riesgo en el país. El MAAPHA cuenta con un espacio en Armero-Guayabal, donde se encuentra la Sala de la Memoria, que ya alberga más de 3.000 fotografías, testimonios y archivos históricos que reconstruyen la historia de un pueblo que desapareció, pero no fue olvidado.
Una promesa que viene de años
La idea de construir un museo y un parque conmemorativo tiene sus raíces en 2013, durante el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos. Ese año fue aprobada la Ley 1632, que ordenó rendir homenaje a las víctimas de la tragedia y crear el Parque Nacional Temático Jardín de la Vida, un espacio educativo y de reflexión sobre la gestión del riesgo y la memoria colectiva.
Sin embargo, el proyecto no avanzó en los años siguientes. La falta de financiación y la ausencia de coordinación institucional mantuvieron la propuesta detenida. Para muchos sobrevivientes, la promesa del museo se convirtió en un símbolo de olvido y de una deuda pendiente con la historia del país.
Avances recientes sobre el museo de Armero
Solo hasta 2024, bajo la administración de la gobernadora Adriana Magali Matiz, el proyecto comenzó a materializarse. Según la página oficial de la Gobernación del Tolima, se anunció una inversión de 600 millones de pesos para la primera fase del Parque Jardín de la Vida, que funcionará como un museo a cielo abierto en el terreno original del antiguo municipio.

Esta primera etapa incluye la adecuación de senderos, zonas conmemorativas y esculturas que representen la vida en Armero antes de la tragedia. La iniciativa busca no solo rendir homenaje a las víctimas, sino también promover la educación sobre la prevención del riesgo y fortalecer la memoria del Tolima y del país.
Mientras tanto, el MAAPHA continúa su labor desde Armero-Guayabal, complementando el proyecto estatal con actividades culturales y pedagógicas. Ambos esfuerzos, tanto el institucional como el comunitario, tienen en un mismo propósito y es, mantener viva la historia de Armero y recordar al país la importancia de aprender del pasado para evitar que tragedias como aquella se repitan.
