Varias instituciones educativas en Colombia están incorporando la reparación de equipos como parte esencial del aprendizaje, además de enseñar programación, robótica y habilidades digitales.
Esta apuesta, también es impulsada por Computadores para Educar, busca que los estudiantes y docentes comprendan cómo funcionan los dispositivos, puedan mantenerlos en buen estado y contribuyan a reducir los residuos electrónicos que crecen cada año en el mundo.
Durante un encuentro realizado en Bogotá, docentes y estudiantes compartieron experiencias sobre cómo estas iniciativas están transformando las aulas.
Docentes en las aulas
Entre ellos, la profesora de informática del Instituto Técnico Aquileo Parra, de Barichara, Santander y su estudiante de 13 años, Juan Alejandro Herrera, quienes han empezado a fortalecer proyectos de reparación para aprovechar equipos que presentan fallas y que, de otro modo, quedarían sin uso.
“El colegio llevamos varios años interesados en abrir posibilidades para que los estudiantes puedan potenciar diferentes habilidades, y nosotros tenemos proyectos en robótica, proyectos en programación, tenemos proyectos de videojuegos, y pues estamos buscando la posibilidad de tener el proyecto para poder realizar la reparación de los equipos, ya que algunos equipos presentan dificultades y en el sitio es difícil poderlos actualizar”, dijo.
Jóvenes promesas
Juan Alejandro contó que inició su acercamiento a la tecnología desde el lenguaje de programación con Scratch, descubriendo un interés en explorar los computadores.
“El proyecto lúdico que yo estaba era de programación, había un programa que se llamaba Scratch, y se programaban cosas muy pequeñas, juegos muy sencillos, pero pues a mí sí me gusta lo de como arreglar computadores, arreglarlos, explorar”, dijo.
Obsolescencia Programada
Para Óscar Sánchez, director de Computadores para Educar, este tipo de avances son destacados para enfrentar uno de los problemas más grandes del sector tecnológico: la obsolescencia programada.
“En todo el mundo hemos visto cómo dispositivos que podrían durar muchos años se vuelven inservibles en poco tiempo. Por eso es tan importante promover el derecho a reparar: que las personas aprendan a intervenir sus máquinas, cambiarlas, mejorarlas y extender su vida útil”, afirmó.
Esta iniciativa se desarrolla con apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, el Ministerio de Ambiente y el SENA, que trabajan de la mano para crear clubes técnicos escolares donde estudiantes y docentes aprenden desde tareas básicas de mantenimiento hasta reparaciones avanzadas.
Insistió en que formar a los jóvenes en reparación no solo tiene un impacto ambiental, sino también educativo y social. “Si queremos que la tecnología esté al servicio de la gente, debemos enseñar cómo funciona y cómo puede adaptarse a las necesidades de cada comunidad”.
Con estas acciones, Colombia busca combinar sostenibilidad, independencia tecnológica y formación práctica, preparando a las nuevas generaciones no solo en cómo usan la tecnología, sino que entiende cómo mantenerla en funcionamiento.