El presidente Gustavo Petro aseguró este jueves que ha ordenado personalmente 12 bombardeos contra disidencias de las FARC en distintas zonas del país con el uso de inteligencia estadounidense en dichas operaciones bajo una política estricta de respeto a los derechos humanos, pese a su amenaza horas atrás de cesar la cooperación con Washington.
“Van 12 bombardeos ordenados por mí y exclusivamente por mí, guardando al máximo el respeto de derechos humanos. Se usa inteligencia norteamericana pero bajo la condición de DD. HH. que yo mismo adopto”, escribió el mandatario en su cuenta de X, subrayando que las acciones militares se concentraron en los departamentos de Guaviare y Arauca.
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Petro explicó que los ataques se dirigieron contra “ejércitos privados del narcotráfico, reincidentes en sus acciones mafiosas”, los cuales —según afirmó— buscan operar en la frontera colombo-venezolana con el fin de “desestabilizar aún más esa sociedad”. En ese sentido, el presidente recalcó que su objetivo es impedir que grupos armados utilicen territorio colombiano para agravar la crisis de seguridad en el país vecino. “Venezuela no necesita más armas, sino diálogo”, puntualizó.
El mandatario concluyó con una advertencia directa a las organizaciones criminales y a quienes las respaldan: “En Colombia están notificados los ejércitos de las mafias y sus políticos”, una frase interpretada como un mensaje a sectores políticos que, según él, mantienen nexos con estructuras ilegales.
La suspensión y posterior rectificación sobre el intercambio de inteligencia con EE. UU.
Las declaraciones del presidente llegan días después de un episodio de alta tensión diplomática entre Bogotá y Washington. El martes, Petro había anunciado la suspensión temporal del intercambio de inteligencia con Estados Unidos, en protesta por los ataques estadounidenses contra embarcaciones en el Pacífico oriental, los cuales calificó de “asesinatos” tras la muerte de un pescador colombiano.
Esa decisión generó inquietud dentro y fuera del país, especialmente debido a que la cooperación de inteligencia entre Colombia y Estados Unidos es uno de los pilares históricos de la lucha antidrogas. Voceros de la Casa Blanca evitaron una confrontación directa, pero fuentes diplomáticas reconocieron que el anuncio fue recibido con “preocupación y sorpresa”.
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Sin embargo, en menos de 48 horas, el propio presidente colombiano matizó su posición, asegurando que la colaboración con los servicios estadounidenses continuaría bajo nuevos parámetros éticos y de derechos humanos. Su mensaje de hoy confirma esa rectificación: reconoce que sigue utilizando información de inteligencia norteamericana, aunque bajo condiciones impuestas por su gobierno.