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Iván Márquez: a los menores de edad en nuestro poder les dimos refugio y amparo

Para el jefe de la delegación de las Farc, los nilos que hacen parte de sus filas llegaron por iniciativa propia y como consecuencia de la orfandad y la pobreza.

Publicado:
Actualizado:
Lunes, Mayo 16, 2016 - 06:15

El jefe de la delegación de paz de las Farc, Iván Márquez, aseguró que las partes siguen avanzando en la construcción del acuerdo final y que un paso importante fue el que se dio para librar a los menores de edad del conflicto colombiano.


 


Para el negociador, la decisión de las partes puede ser el punto de partida para que todo el país tome conciencia de la necesidad de garantizar los derechos de la niñez.


El líder guerrillero reiteró que las Farc cesarán el reclutamiento de menores de 18 años como gesto de paz.


 


Sin embargo, causó polémica una afirmación en donde indica que los menores  de 15 años que están en su poder, han llegado de manera voluntaria.


 


"Cuando arreció la guerra, llegaron muchos cuyos padres habían sido asesinados por la violencia paramilitar, o simplemente huían del maltrato y de la ausencia de futuro. En esos casos, les dimos el refugio y el amparo que la orfandad y la pobreza les negaban".


 


Pero además, pese a que siempre las Farc han sido criticadas por tener menores en sus filas, para Márquez ese no es un problema mayor.


 


"Podemos asegurar que el más grave problema de la infancia colombiana no es la existencia de menores de edad en campamentos de las Farc".


 


Lea el comunicado complero de las Farc:


 


Seguimos avanzando en la construcción del Acuerdo Final. En el día de hoy Gobierno y FARC-EP alcanzamos un nuevo pacto que permitirá librar a los menores de los padecimientos del conflicto. Esperamos que esta decisión se convierta en punto de partida para que todos los colombianos tomemos conciencia de la urgencia de garantizar efectivamente los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en todo el territorio nacional.


 


En sintonía con este propósito humanitario, sumamos nuestra resolución, ya en cumplimiento, de cesar el reclutamiento de menores de 18 años.


 


Los Estatutos que nos rigen siempre fueron claros en no permitir el alistamiento de menores de 15 años en nuestras filas. Sin embargo, cuando arreció la guerra, llegaron muchos cuyos padres habían sido asesinados por la violencia paramilitar, o simplemente huían del maltrato y de la ausencia de futuro. En esos casos, les dimos el refugio y el amparo que la orfandad y la pobreza les negaban.


 


Podemos asegurar que el más grave problema de la infancia colombiana no es la existencia de menores de edad en campamentos de las FARC. En el “Bronx” de Bogotá a escasas cuadras del Palacio Presidencial, por ejemplo, cientos de niños, niñas y adolescentes se drogan, se prostituyen, son maltratados o delinquen cada día, tratando de sobrevivir a la miseria y al abandono. Los “gamines” siguen deambulando por las calles, y muchos niños en la extensa latitud de la patria tienen que trabajar para ganarse el pan, debiendo permanecer en las tinieblas del analfabetismo. Y por todos es conocido que, en el norte de Colombia, en el Departamento de La Guajira, según denuncias de las autoridades indígenas, desde el año 2012 han muerto de hambre alrededor de 12.000 menores de 5 años pertenecientes a la comunidad Wayúu.


 


Y no hay telenovelas sobre niños Wayúu muertos por desnutrición y sed, ni sobre las niñas prostituidas en el “Bronx”, ni sobre los políticos corruptos que se roban el presupuesto de los comedores escolares, y tampoco sobre los adolescentes reclutados forzosamente en las estaciones del Transmilenio o en cualquier redada de barrio popular…


 


Pero estamos hablando de una realidad inocultable que se agrava con el absurdo de que estando tan cerca la firma del acuerdo para la terminación de la guerra, las autoridades pretendan ampliar la duración del servicio militar obligatorio hasta 18 meses.


 


Sin embargo, hoy comunicamos con satisfacción que hemos alcanzado un acuerdo con el Gobierno Nacional para que los 21 menores de 15 años que se encontraban en nuestros campamentos, así como los que ya han ido saliendo en los últimos 2 años, puedan ser acogidos de forma segura por sus comunidades de origen, en el marco de un programa de protección, que evite que estos muchachos vuelvan a sentirse desamparados. Para ello será necesario el concurso y acompañamiento de organizaciones sociales y de orden internacional que garanticen la satisfacción de sus necesidades fundamentales y el inicio de una nueva vida en condiciones de dignidad.


 


Agradecemos especialmente el trabajo realizado por la Representante del Secretario General de las NN.UU para menores en conflictos armados, la señora Leila Zerrougui, por su invaluable trabajo, que sin duda ha sido determinante para alcanzar este acuerdo.


 


Hemos convenido con el Gobierno Nacional que esos menores no podrán ser judicializados; que, siendo víctimas de un inmenso drama social y político, serán tratados como tales y nunca como delincuentes. Alcanzar un entendimiento que impida la judicialización para ellos, es lo que ha demorado una medida que nos hubiera gustado poder concretar hace muchos meses.


 


A los menores que hoy salen de las FARC-EP les serán respetados sus derechos, serán beneficiarios de programas de atención social y educativa, para que el abandono social que los empujó a nuestros campamentos, nunca más vuelva a repetirse.


 


Hemos exigido al Gobierno Nacional que informe a las FARC-EP, previamente a la salida de los menores, cuáles son las acusaciones que pesan sobre ellos. Acusaciones que en caso de existir tendrán que ser indultadas. Porque de lo contrario, en el evento de que se pretendiera hacerlos comparecer ante fiscales o jueces, dándoles tratamiento de delincuentes, esos menores no saldrían de los campamentos hasta que una ley de amnistía que los cobije, sea aprobada por el Gobierno Nacional, o hasta que la Jurisdicción Especial para la Paz pueda dilucidar esas supuestas responsabilidades.


 


El conjunto de los acuerdos de paz deberá ser elemento fundamental para que las nuevas generaciones de jóvenes puedan por fin fundar familias y hogares sin la zozobra de la guerra, y que ésta quede siendo solo una mención en los libros de historia; una historia para no olvidar, una historia superada definitivamente por la conciencia colectiva del Nunca Más a la violencia y a la injusticia social.


 


Esperamos que la sociedad que hoy recibe a los menores que salen de nuestros campamentos pueda alcanzar las transformaciones que permitan darle bienestar y felicidad, no solo a la niñez, sino a todos los hijos e hijas de la patria.


 


DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP

Fuente:
Sistema Integrado Digital