Desde Belém do Pará, el presidente Gustavo Petro lanzó este jueves uno de los discursos más controvertidos en lo que va de la COP30, en el que declaró abiertamente que el presidente Donald Trump es enemigo de la humanidad y aseguró que Rusia no es el antagonista de Europa, sino el cambio climático.
El mandatario colombiano criticó duramente la falta de resultados tras casi tres décadas de conferencias internacionales sobre el clima. “Después de 29 COPs, estamos ante un fracaso. Las palabras tibias no se convierten sino en fetiches y fantasmas ante una realidad que debemos asumir tal cual es”, afirmó, en un tono cargado de frustración y advertencia.
Petro responsabilizó directamente a los lobbies del petróleo, el carbón y el gas, a los que acusó de actuar movidos por la codicia y de haber impuesto sus intereses por encima del futuro del planeta. “Su deseo de ganancia de corto plazo ha ido contra la vida, y eso es inmoral e inhumano”, dijo.
El presidente advirtió que la humanidad ya superó el límite de 1,5 grados de aumento de temperatura global, y que el mundo ha pasado de hablar de cambio climático a enfrentar un “colapso climático”, un punto de no retorno que calificó como “muerte general de la existencia en el planeta”.
Entre sus declaraciones más explosivas, Petro señaló la ausencia del presidente Donald Trump en la cumbre y lo acusó de negar la ciencia y poner en riesgo a toda la humanidad. “El señor Trump está equivocado. Al no venir aquí lo demuestra: está contra la humanidad”, sentenció. También arremetió contra Europa por destinar mayores recursos a armamento en lugar de a la transición energética: “No es Rusia el enemigo, es la crisis climática. Son sus nietos los que están en riesgo”.
El mandatario colombiano denunció además lo que llamó una “política de invasiones y genocidios”, citando la guerra en Gaza, las amenazas de intervención en Venezuela, Cuba, México y Brasil, e incluso una “invasión real al Caribe colombiano” por parte de fuerzas estadounidenses. Según dijo, los ataques con misiles en el Caribe equivalen a ejecuciones extrajudiciales contra jóvenes pobres acusados de narcotráfico.
“He sido considerado por Trump como un líder del narcotráfico, cuando en mi vida he sido paladín de la lucha contra las drogas”, denunció, en referencia a su inclusión y la de su entorno en la Lista Clinton.
Petro propuso dos grandes vías para revertir el colapso: una transformación energética total en América Latina y el Caribe, y una interconexión eléctrica continental desde la Patagonia hasta Nueva York, financiada con 500.000 millones de dólares. Con esa inversión, explicó, se podría generar 1.400 gigavatios anuales de energía limpia, suficientes para “limpiar 100 % la matriz energética de Estados Unidos”.
“Podemos construir una economía descarbonizada, una economía de la vida. Cero petróleo, cero gas”, proclamó.
El mandatario hizo un llamado a un gran acuerdo latinoamericano y del Caribe que conecte energías limpias y preserve la selva amazónica, a la que describió como “el tercer pilar climático del mundo”. Según dijo, la recuperación de zonas deforestadas —especialmente aquellas donde antes había cultivos de coca— es clave para “revitalizar la vida de la humanidad”.
Finalmente, Petro convocó a el 9 de noviembre en Santa Marta a los líderes mundiales a participar de la cumbre CELAC-UE, junto a líderes europeos y latinoamericanos, para sellar un nuevo pacto entre civilizaciones. “Cinco siglos después, queremos encontrarnos sin armas, abrazarnos con franqueza. La guerra entre civilizaciones es la barbarie; el encuentro de las civilizaciones es la sabiduría humana”, concluyó.