El secuestro volvió a golpear a Norte de Santander. Neire Martínez, una joven universitaria de 23 años, fue interceptada por cuatro hombres armados cuando se desplazaba en motocicleta por zona rural de Ocaña.
El hecho ocurrió en la vereda La Ermita, donde la estudiante se movilizaba junto a un amigo. Los hombres obligaron al acompañante a bajarse del vehículo y se la llevaron a ella con rumbo a otro corregimiento del municipio.
Martínez estudia Contaduría Pública en la Universidad Francisco de Paula Santander, sede Ocaña. Su familia asegura que no habían recibido amenazas de ningún grupo armado antes del secuestro. En esta zona del Catatumbo hay una fuerte presencia del Eln y de disidencias de las Farc, responsables de secuestros, extorsiones, homicidios y desplazamientos.
Mientras se conocía este nuevo caso, las autoridades confirmaron la liberación del señor Belisario Peñaranda, un adulto mayor que había sido secuestrado hace dos meses en el sector de San Roque, zona rural de Sardinata. Hombres armados lo sacaron de su vivienda y, en una prueba de supervivencia, le exigió a su familia pagar por su rescate.
Tras varias semanas en cautiverio y enfrentando duras condiciones climáticas, Peñaranda regresó a su hogar. Después de los chequeos médicos, pudo reencontrarse con sus familiares y amigos.
Hasta ahora se desconoce si hubo pago para su liberación. Las autoridades investigan si su labor en actividades mineras pudo ser el motivo del secuestro.
Los dos casos reavivan la alerta por el control que mantienen los grupos armados ilegales en varias zonas del Catatumbo y su responsabilidad en hechos que mantienen en riesgo a la población civil.