Las honras fúnebres de Gilberto de Jesús Calao transcurrieron en medio del silencio, los abrazos largos y las miradas que buscaban consuelo. Familiares, amigos y compañeros de trabajo se reunieron en Tuluá para despedir al director de la DIAN seccional, asesinado el pasado 18 de diciembre en este municipio del centro del Valle del Cauca.
El dolor marcó cada momento del adiós, acompañado por múltiples muestras de solidaridad de la comunidad.
Calao dedicó su vida al servicio público y a la defensa de la legalidad. Quienes lo conocieron lo recuerdan como un funcionario firme, convencido de que el Estado debía actuar con transparencia.
Esa convicción fue el eje de los homenajes que se expresaron durante la velación, donde su nombre se repitió no solo como víctima de la violencia, sino como referente de una forma de ejercer lo público.
Durante la despedida, su hermana, Claudia Calao, tomó la palabra para agradecer el respaldo recibido desde el primer momento. Reconoció que el acompañamiento de la gente, de los amigos y de la familia ha sido un sostén en medio de la pérdida. También insistió en que la memoria de su hermano no puede quedar reducida a un hecho violento más en las estadísticas.
A través de su cuenta en la red social X, Claudia Calao reiteró el pedido de justicia y pidió que el trabajo de su hermano no sea olvidado. Recordó su esfuerzo constante por denunciar hechos irregulares y por contribuir al saneamiento del Estado. En su mensaje, etiquetó al presidente Gustavo Petro y afirmó que Gilberto Calao pagó con su vida el hecho de no doblegarse ante la corrupción.
“Por denunciar, nos lo arrebataron”, escribió, en un mensaje que reflejó la indignación de la familia y de quienes acompañaron su trayectoria. Para ella, el asesinato no puede desligarse del compromiso que su hermano mantuvo con la legalidad, aun cuando conocía los riesgos que implicaba enfrentar intereses ilegales.
El pronunciamiento recibió respuesta del presidente Gustavo Petro, quien también utilizó su cuenta de X para referirse al crimen. El mandatario afirmó que la corrupción enquistada en la DIAN de Tuluá y en el Valle del Cauca terminó con la vida de un funcionario honesto y reiteró que las mafias deben salir del Estado si el país aspira a transformarse.
Mientras tanto, las autoridades avanzan en las investigaciones para esclarecer el homicidio. De acuerdo con la información oficial, Gilberto Calao no había reportado amenazas previas, sin embargo, su familia asegura lo contrario, lo que ha llevado a los investigadores a analizar distintas hipótesis sobre los responsables y los móviles del crimen.
Un grupo especial conformado por al menos 20 investigadores se desplazó a Tuluá para adelantar las pesquisas. A este esfuerzo se sumó la Gobernación del Valle del Cauca, que anunció una recompensa de hasta 50 millones de pesos por información que permita identificar y capturar a los responsables del asesinato.
En el ámbito local y dentro del sector público, la muerte de Calao dejó un vacío difícil de llenar. Compañeros de trabajo destacaron su carácter, su disciplina y su vocación de servicio. Para muchos, su asesinato representa un golpe a la institucionalidad y un recordatorio del riesgo que enfrentan quienes deciden actuar con rectitud en escenarios atravesados por la corrupción.
La despedida concluyó entre oraciones, silencios y gestos de apoyo.
La familia insistió en que la justicia será la única forma de honrar la vida de Gilberto de Jesús Calao y de evitar que su historia quede en el olvido.