Once días después del robo que sacudió al Museo del Louvre, la Policía francesa ha detenido a siete personas presuntamente vinculadas con el golpe que permitió sustraer ocho joyas de la corona francesa, valoradas en 88 millones de euros.
Sin embargo, las autoridades confirmaron que uno de los cuatro autores materiales del asalto continúa prófugo, al igual que las valiosas piezas robadas.
La operación, en la que participan más de un centenar de agentes de la Brigada de Represión de Bandas Organizadas (BRB) y de la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBC), avanza con rapidez. Los primeros arrestos se produjeron el sábado pasado y las nuevas detenciones se efectuaron anoche en distintos puntos de la región parisina.
La fiscal de París, Laure Beccuau, confirmó los avances de la investigación, que calificó como “una búsqueda paciente, como el hilo de Ariadna”. En declaraciones a la emisora RTL, la fiscal envió un mensaje a quienes aún pudieran tener las joyas en su poder: “La Justicia valorará la cooperación, especialmente porque en este robo no hubo violencia ni daños al patrimonio”.
Entre las piezas sustraídas destacan la diadema de la emperatriz Eugenia, engastada con casi 2.000 diamantes, y un collar de zafiros que perteneció a la reina María Amelia y a Hortensia de Beauharnais, madre de Napoleón III.
Beccuau precisó que uno de los detenidos cuenta con pruebas de ADN que lo vinculan directamente con el robo, y que los demás arrestados podrían aportar información sobre la planificación y ejecución del golpe, perpetrado en apenas ocho minutos, a plena luz del día y con una sorprendente naturalidad. Los ladrones simularon ser operarios del museo y utilizaron una grúa para acceder al balcón que da a la Galería de Apolo, donde se encontraban las joyas.
Los dos primeros detenidos, de nacionalidad argelina y francesa, habían sido encarcelados el pasado fin de semana acusados de “robo organizado” y “asociación para delinquir”. Ambos tienen antecedentes por delitos de robo y tráfico.
Pese a los avances, la Fiscalía descarta por ahora la participación de cómplices internos en el museo y mantiene activa la “caza” del cuarto integrante del comando, mientras continúa el rastreo del botín histórico que aún sigue desaparecido.