Investigan posible filtración en Ejército de Ecuador que permitió asesinato de militares a manos de disidencias
Una tesis indica que las disidencias habrían comprado información de oficiales dentro del Ejército, para planear el ataque.

En una emotiva ceremonia este domingo, el Ejército del Ecuador rindió honores a los once soldados asesinados en una emboscada ocurrida en el sector de Sardinas, en el Alto Punino, provincia de Orellana, a manos de una disidencia de las Farc. La operación militar, que pretendía enfrentar a grupos vinculados con la minería ilegal y el narcotráfico, terminó en una tragedia que ahora ha activado una profunda revisión interna dentro de las Fuerzas Armadas.
El ataque, atribuido a los grupos criminales Comandos de la Frontera y Los Lobos, ha desatado fuertes cuestionamientos sobre el manejo de la inteligencia militar. Una de las hipótesis más graves apunta a que los delincuentes habrían comprado información de oficiales dentro del Ejército, lo que les habría permitido anticiparse al operativo.
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“El poder económico que tienen, podrían, posiblemente, doblegar el espíritu de un soldado”, advirtió el general Henry Delgado, comandante general del Ejército, al reconocer que no se descarta la posibilidad de traición interna.
Las investigaciones ya están en marcha. Se revisan los protocolos y decisiones tomadas antes, durante y después de la operación ejecutada por la Cuarta División del Ejército, mientras el alto mando evalúa el posible fallo en los planes de inteligencia previa. Según Delgado, hay motivos para sospechar que alguien dentro de las filas militares filtró los planes operativos, facilitando la emboscada.
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“Las investigaciones serán las que nos pueden afirmar o negar aquella suposición. Es una hipótesis que no la descartamos”, insistió el jefe del Ejército.
La gravedad del ataque fue tal que el ministro de Defensa lo calificó como un atentado directo contra el Estado ecuatoriano, subrayando que no se trató de un enfrentamiento aislado sino de un golpe estructurado contra la institucionalidad nacional.
Mientras tanto, desde el sábado, fuerzas militares han retomado la ofensiva en la frontera entre Orellana y Napo. Los grupos Comandos de la Frontera y Los Lobos han sido declarados objetivos militares, y ya se han reportado enfrentamientos en la zona. Las autoridades aseguran que cuatro de los 35 atacantes estarían heridos, y se ha logrado identificar posibles rutas de escape hacia Colombia, las cuales se intentan cerrar para evitar la fuga de los responsables.
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La organización Napo Ama la Vida difundió videos grabados días antes del ataque, donde se observan maquinaria y balaceras en la zona, lo que evidencia la creciente violencia asociada a la minería ilegal. Tras años de extracción clandestina de oro, el Alto Punino se ha convertido en un territorio dominado por economías criminales.
“La guerra ha iniciado”, sentenció el general Delgado, al anunciar que la ofensiva contra estos grupos no se detendrá.