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Asiáticos apoyan cerrar comercio ilegal de especies silvestres

La OMS dijo, en febrero de este año, que la COVID-19 proviene de una fuente de origen animal.

Publicado:
Actualizado:
Miércoles, Abril 8, 2020 - 19:20
Animales silvestres en Chocó.
Imagen tomada en parque Utría, Chocó.
RCN Radio.

WWF, la ONG internacional de medio ambiente, encuestó a 5.000 personas por internet en cinco países del sureste asiático sobre el comercio ilegal de animales silvestres. 

La encuesta fue hecha por medio de la consultora GlobeScan. En el sureste asiático se encuentran los principales mercados de especies silvestres del continente.  Animales extraídos, la mayoría, de manera ilegal de países de Sur América como Colombia y Brasil.

El sondeo fue realizado entre el 3 y el 11 de marzo a 5.000 personas de Hong-Kong, Myanmar, Tailandia, Japón y Vietnam, entrevistadas por Internet.

El 82% de los encuestados aseguró estar muy preocupado o preocupado por esta situación de salud, y el 93% apoya que sus gobiernos tomen medidas para cerrar los mercados ilegales y no regulados.

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El 9% de los participantes de la encuesta señaló que ellos o alguien que conocen compraron en el último año productos provenientes de estos mercados, pero un 84% respondió que es improbable o poco probable que compre este tipo de productos en el futuro.

Los encuestados aseguraron que entre sus acciones para apoyar el cierre de estos mercados estarían: no comer animales silvestres (55%) y convencer a otros de que no los compren o consuman (53%), compartir campañas relevantes y noticias al respecto (50%) o información sobre la importancia de proteger especies silvestres.

La ONG ambiental aclara que esta encuesta se realizó antes de que la COVID-19 fuera declarado como pandemia. 

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Asimismo, señaló que los resultados de esta encuesta, la primera de opinión pública sobre la  COVID-19 y el comercio ilegal realizada en Asia, cobran especial relevancia, pues en febrero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe en el que sustenta que el coronavirus proviene de una fuente animal.

Además, "centra la discusión en el traspaso de virus, bacterias, parásitos (entre otros) entre animales y humanos aumenta debido a la destrucción y modificación de los ecosistemas naturales y el tráfico ilegal de especies silvestres, junto a las condiciones antihigiénicas en que se mezclan y comercializan", asegura WWF.

Tráfico de animales silvestres.
Más de 6.000 animales silvestres han sido rescatados en Bogotá en el 2021.
Cortesía: Traffic/ WWF

Es momento de replantear nuestra relación con la naturaleza

*Por WWF.

Reseña la ONG ambiental que en febrero de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe en el que sustenta, a través de la evidencia científica recolectada en China, porqué el Coronavirus 2019, que ya ha infectado a mas de un millón de personas en el mundo y ha puesto un freno a la economía global, proviene de una fuente animal.

Según datos de esta misma organización, además de la pandemia actual, el 61% de todos los agentes
patógenos humanos
(microorganismos como bacterias, virus, hongos y parásitos, entre otros) son de origen zoonótico.

Un reciente informe de WWF: ‘la pérdida de la naturaleza y el surgimiento de las pandemias: protegiendo la salud humana y planetaria’, profundiza sobre esta relación con tres argumentos principales.

El primero de ellos: el traspaso de estos agentes patógenos entre animales y humanos aumenta debido a
la destrucción y modificación de los ecosistemas naturales y el tráfico ilegal de especies silvestres, junto a las condiciones antihigiénicas en que se mezclan y comercializan.

La deforestación y degradación o transformación de los bosques, por ejemplo, expone a los humanos al contacto con los microbios y las especies silvestres que los albergan. Ha sido el caso del virus que causa Ébola, la fiebre amarilla y la Leishmaniasis, ambas enfermedades transmitidas por insectos.

Al hablar de degradación de ecosistemas, no se puede dejar de lado la crisis climática que enfrentamos. El cambio climático ha transformado y eliminado hábitats naturales, con un efecto nocivo en la forma de vida de las especies y en la cadena alimenticia.

El informe también plantea que el tráfico ilegal de animales silvestres vivos es la segunda amenaza directa más grande para la biodiversidad a escala global y favorece un contacto peligroso entre los humanos y los posibles agentes patógenos que estas especies transportan.

Si bien existen comunidades aisladas que dependen de la casería y el consumo de animales silvestres para
su supervivencia, lo que sucede en muchas ciudades del mundo, en mercados ilegales y no regulados, es que se venden mamíferos, aves, anfibios y reptiles que permanecen en estrecha cercanía incrementando las probabilidades de aparición y mutación de nuevos virus, y su transmisión a los humanos, si a esto se suman las condiciones en las que han sido transportadas y manipuladas, puede verse el gran riesgo que representa para la salud humana.

Por último y de igual importancia, un mundo cada vez más conectado nos plantea desafíos tan grandes como los beneficios que trae dicha conexión. El constante movimiento de personas y bienes de consumo favorece la difusión de enfermedades emergentes o antiguas que se creían controladas. La conclusión es clara, nuestro estilo de vida representa grandes retos para el control y manejo de estas enfermedades.

La salud del planeta está estrechamente relacionada con la nuestra y mantenerla en buenas condiciones depende del trato que le damos a los ecosistemas y especies que también sustentan nuestra vida. Los animales son esenciales tanto para el funcionamiento de los ecosistemas como por los servicios que nos prestan. No podemos satanizarlos como fuente de las enfermedades, debemos repensar la relación que tenemos con la naturaleza.

Por eso, desde WWF insistimos en un Nuevo Acuerdo por la Naturaleza y las Personas que conlleve una transformación estructural del modelo económico en el largo plazo, de los sistemas de producción, los sistemas financieros y los patrones de consumo; buscando reducir nuestra huella sobre la madre tierra y, entre todos, distribuir beneficios equitativamente para el bienestar de nuestra y la de todas las especies que vivimos en el planeta.

Fuente:
Sistema Integrado de Información