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Las intensas lluvias que azotan el sur de Brasil han desencadenado una tragedia devastadora, dejando al menos 56 muertos y 67 desaparecidos, según el último balance de la Defensa Civil el sábado.
El estado de Rio Grande do Sul es el más afectado, con 39 víctimas fatales, mientras que la situación se agrava en Santa Catarina, donde ya se ha registrado una muerte y 33 ciudades han sido golpeadas.
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Las inundaciones han sumido a la región en el caos, con casas bajo el agua, vías interrumpidas y comunicaciones cortadas. La capital, Porto Alegre, se encuentra gravemente afectada, con autoridades emitiendo pedidos de evacuación para sectores inundados de la ciudad.
Decenas de miles de personas han sido evacuadas, con más de 8.000 en refugios públicos y otras 24.000 alojadas en casas de familiares o amigos, según la Defensa Civil de Rio Grande do Sul.
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El gobernador Eduardo Leite advirtió que los números podrían cambiar drásticamente a medida que los equipos de rescate accedan a las áreas aisladas. Las Fuerzas Armadas, junto con los equipos de rescate regionales, están llevando a cabo operaciones intensivas de rescate, habiendo rescatado alrededor de 8.600 personas de las aguas inundadas hasta ahora.
La situación climática empeora con nuevas alertas de fuertes lluvias y posibles inundaciones en la región del alto Uruguay, junto con el riesgo de ruptura de varias represas. El impacto de estos temporales se extiende afectando la vida cotidiana con la cancelación de operaciones en el aeropuerto internacional de Porto Alegre.
La región enfrenta una lucha continua contra los elementos mientras los equipos de rescate trabajan incansablemente para ayudar a los afectados por esta tragedia.
