Con base en estudios de la Fao, el Ideam y otros centros de investigación, el presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie Rivera, afirmó que en la mayoría de los casos la actividad ganadera se instala después de que el bosque ya ha sido removido, como parte de procesos de ocupación y consolidación del territorio.
“La evidencia muestra que señalar a la ganadería como causa principal, sin diferenciar las dinámicas territoriales, conduce a diagnósticos incompletos”, sostuvo Lafaurie, al señalar que la deforestación en la Amazonía responde principalmente a factores estructurales como el acaparamiento de tierras, la apertura ilegal de vías, la débil gobernanza del suelo, la colonización no planificada y la presencia de economías ilegales.
Lafaurie explicó que en muchos territorios el ganado es introducido una vez el bosque ya ha sido destruido, como una estrategia de ocupación de bajo costo. “Los tenedores de ganado introducen los novillos de manera posterior a la deforestación. El bosque ya fue removido cuando la actividad ganadera se instala, por lo que confundir causa y efecto distorsiona la comprensión del problema”, afirmó.
Según el dirigente gremial, distintos análisis territoriales coinciden en que la pérdida inicial del bosque está más relacionada con el control del territorio que con decisiones productivas. “La ganadería extensiva aparece como una consecuencia de la deforestación, no como su origen estructural”, señaló.
No toda la ganadería es igual
Fedegán insistió en que generalizar el señalamiento contra el sector invisibiliza la diversidad de sistemas productivos. Lafaurie sostuvo que la literatura técnica demuestra que la ganadería sostenible y los sistemas silvopastoriles pueden aumentar la cobertura arbórea, mejorar la conectividad ecológica, reducir la presión sobre el bosque natural y elevar la productividad por hectárea.
Desde ese enfoque, advirtió que “penalizar indiscriminadamente la actividad ganadera puede generar informalidad, desplazamiento productivo y pérdida de oportunidades de transición hacia sistemas sostenibles”.
Para el gremio, la deforestación en Colombia es un problema de ordenamiento territorial y gobernanza. “Abordarlo requiere políticas integrales que articulen formalización de la tierra, presencia institucional, alternativas productivas sostenibles y asistencia técnica continua”, afirmó Lafaurie.
Crimen organizado, la principal amenaza en la Amazonía
El presidente de Fedegán también citó un informe de InSight Crime, que alerta sobre la expansión del crimen organizado en la Amazonía y su impacto ambiental y social, especialmente sobre pueblos indígenas no contactados.
“El crimen organizado se ha convertido en una amenaza existencial para estas comunidades”, señala el estudio, que documenta la presencia de mineros ilegales, narcotraficantes, madereros y grupos armados en zonas de alta concentración indígena.
El informe advierte que organizaciones como el Comando Vermelho y el Primer Comando Capital, en Brasil, así como grupos armados colombianos como el ELN y disidencias de las FARC, han invadido territorios indígenas. Sobre el narcotráfico, el documento señala que la instalación de laboratorios, pistas clandestinas y minería ilegal impulsa la deforestación, contamina ríos con mercurio y ha incrementado la violencia.
Acciones del gremio ganadero en sostenibilidad
Por su parte, Manuel Gómez Vivas, director de Sostenibilidad de Fedegán, recordó que el gremio impulsa desde hace más de 15 años la ganadería sostenible, integrando el conocimiento técnico y científico con la experiencia de los productores rurales.
Como ejemplo, citó un proyecto desarrollado en el Meta, con apoyo de la cooperación alemana GIZ, en el que se sembraron más de 20.000 árboles, se conservaron 4.251 hectáreas de bosque y se avanzó en la restauración de 662 hectáreas, combinando producción ganadera con corredores de conectividad y alternativas económicas no maderables.
Gómez Vivas destacó además que Fedegán y cerca de 50 empresas del sector son firmantes de los Acuerdos Cero Deforestación, y que el gremio respalda el proyecto de ley de Ganadería Sostenible y Libre de Deforestación, enfocado en trazabilidad, sostenibilidad ambiental y no deforestación.
“Fortalecer la trazabilidad y la interoperabilidad de los sistemas de información es clave para garantizar una ganadería responsable y alineada con la protección del bosque”, concluyó.