Alertan que el déficit fiscal del Gobierno podría aumentar las tasas de interés y presionar la inflación en Colombia
El déficit fiscal y la alta inflación ponen en riesgo la estabilidad económica del país y podrían elevar el costo de vida de los hogares colombianos.

El alarmante escenario que enfrenta el presupuesto general del país para 2026 podría pasarle factura a las finanzas de las familias colombianas.
Según el más reciente informe del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), presentado ante el Congreso de la República, la posición fiscal del país es el principal aspecto de inestabilidad macroeconómica para Colombia.
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Durante el primer semestre de 2025, la Nación acumuló un déficit fiscal del 3,7% del PIB, lo que equivale a $69,4 billones de pesos, según el Ministerio de Hacienda. Analistas sostienen que el Gobierno nacional solo dispone de $1,9 billones en caja, lo que cubre una semana de salarios para los servidores públicos del país. Esta cifra pone en riesgo no solo los compromisos del Gobierno, sino los pagos urgentes.

Déficit fiscal afectaría el presupuesto de la ciudadanía en un "efecto dominó"
En medio de este panorama, un informe de la firma Crowe Co advirtió que el país enfrenta una “crisis silenciosa” que se traduce en cuotas más altas, préstamos más costosos y un costo de vida más elevado.
De la misma forma, la inflación anual con corte a agosto se mantiene en 5,10%, por encima de la meta del 3% fijada por el Banco de la República, lo que implica que el costo de vida sigue aumentando a un ritmo superior al de los ingresos de los trabajadores.
Para la firma, este déficit fiscal y la alta inflación producen una cadena de consecuencias directas que se materializan en costos financieros que pagan los ciudadanos.
Cuando el Gobierno gasta más de lo que recibe, genera un déficit. Para cubrir ese faltante, debe pedir dinero prestado en los mercados financieros, ofreciendo tasas de interés atractivas para los inversionistas.

El costo al que se endeuda el Gobierno se convierte en la tasa de referencia mínima, o el “piso”, para toda la economía. Sin embargo, este piso no es estático. Si el mercado duda de la capacidad o voluntad del Gobierno para pagar su deuda, el riesgo percibido aumenta. Los inversionistas exigen entonces intereses más altos para compensar esa incertidumbre, lo que eleva la prima de riesgo del país y, con ella, el piso para todos los demás créditos.
Si al Estado le cobran más por su deuda, inevitablemente el usuario final termina pagando más por su hipoteca, su crédito de consumo y los préstamos para su negocio.
Lia Heenan, socia de Crowe Co, lo resume en una sentencia lapidaria que conecta la política fiscal con el futuro tributario: “El déficit hoy son más impuestos mañana”.
Las recientes rebajas de S&P y Moody’s no son una advertencia futura, sino una consecuencia presente. Funcionan como una validación externa e imparcial de que el desbalance entre gasto e ingresos ha alcanzado un nivel de riesgo insostenible, lo que se traduce de manera inmediata en un mayor costo de financiamiento para el país.
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La razón detrás de estas rebajas es consistente: un gasto público desbordado que no está respaldado por ingresos suficientes.
De acuerdo con Crowe Co, si esta situación no se controla, el alto “piso” en las tasas de interés podría convertirse en un “techo que frene la economía”.