Parte médico de Miguel Uribe: ¿qué significa estar hemodinámicamente estable? Neurocirujano explica
El doctor Remberto Burgos aseguró que no se ha superado el periodo agudo del estado de salud del senador Miguel Uribe.

En la mañana del 16 de junio, la Fundación Santa Fe de Bogotá emitió el octavo parte médico sobre el estado de salud del senador Miguel Uribe Turbay, quien permanece en la unidad de cuidados intensivos tras el atentado sicarial ocurrido el pasado 7 de junio de 2025, en Morelia, al occidente de Bogotá. Según el informe, en las últimas horas se le practicó una intervención quirúrgica complementaria.
"El control tomográfico cerebral postoperatorio evidencia los resultados esperados sin observarse cambios significativos adicionales a los previamente identificados", señala el comunicado.
Después de nueve días del atentado, el centro médico precisó que la condición clínica del congresista sigue siendo crítica y que su pronóstico neurológico continúa reservado, debido a que el paciente permanece bajo vigilancia hemodinámica y neurológica continua.
En entrevista con La FM de RCN, el neurocirujano Remberto Burgos de la Espriella, presidente honorario de la Federación Latinoamericana de Neurocirugía, contextualizó el informe:
“Llevamos nueve días y el estado del senador es crítico, con muchas reservas neurológicas y un pronóstico que aún no se puede anticipar”.
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El especialista explicó que el control tomográfico es un examen de seguimiento que se realiza entre las 24 y 48 horas después de una cirugía para verificar la evolución:
“Es una medida de seguimiento que permite al equipo quirúrgico hablar sobre hechos y no especular”.
Pronóstico neurológico reservado
Respecto a la expresión “pronóstico neurológico reservado” incluida en el comunicado, Burgos aclaró que, pese a la nueva intervención, no se ha evidenciado una mejoría neurológica sostenida:
“Dentro de su estado crítico no hay una tendencia estable hacia la recuperación; el pronóstico es muy complicado y requiere más tiempo”.
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El experto recordó que en casos de lesiones penetrantes de cráneo, los primeros diez días corresponden a la fase aguda, centrada en asegurar la supervivencia. A partir del día once, se entra en la fase subaguda, en la que pueden observarse los primeros indicios de función neurológica:
“El pronóstico funcional de un trauma por arma de fuego no se define antes de un par de meses”.
Próximos pasos en la evolución clínica
Burgos señaló que el equipo médico continuará evaluando a diario los signos vitales, la presión intracraneal y la respuesta a estímulos. Si se mantiene la estabilidad hemodinámica, podría iniciarse una reducción gradual de la sedación para valorar reflejos y posibles secuelas motoras o cognitivas.
No obstante, advirtió que persisten riesgos de complicaciones como infecciones nosocomiales, expansión del edema cerebral, fístulas de líquido cefalorraquídeo y alteraciones en la coagulación, que son monitoreadas constantemente.