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Escalofriante cifra de asesinatos a habitantes de calle en últimos 10 años

Otros han sido víctimas de falsos positivos, desaparición y agresiones por parte de autoridades y la sociedad.

Publicado:
Actualizado:
Miércoles, Febrero 24, 2021 - 22:07
Un habitante de calle sería el responsable en este crimen.
Un habitante de calle sería el responsable en este crimen.
Colprensa

En la última década, más de cuatro mil habitantes de calle han sido asesinados en Colombia, muchos víctimas de falsos positivos y desapariciones y otros 27.000 han sido lesionados por autoridades o por gente que los agrede y rechaza.

Así lo denunció el padre franciscano Gabriel Gutiérrez ante el Arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda, a quien le pidió interceder con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que intervenga en este caso.

Las cifras las dio a conocer el sacerdote Gutiérrez, conocido como 'Fray Ñero', en una ceremonia religiosa en el Santuario de Monserrate, durante la inauguración de la escultura 'Jesús, habitante de calle' del artista canadiense Timoty Schmalz.

Dicha escultura fue colocada a un costado de la iglesia, donde señaló que hay más de cuatro mil asesinados en los últimos 10 años, sin que se conozcan los responsables y casos de judicializados y el por qué los matan.

“También tenemos cerca de 27.000 ciudadanos de la calle, heridos en toda Colombia, tenemos un asesinado en Bogotá casi semanalmente. Las comunidades LGTBI, mujeres en condición de prostitución, cachivacheros, vendedores informales, artistas callejeros que van engrosando las calles y que poco a poco se convierten en víctimas de la violencia.

"Y no sabemos cuántos falsos positivos pueden existir en  ese números de asesinados y que tiene que ver con su manera de ser, por vivir en las calles”, dijo a RCN Radio, fray Gabriel Gutiérrez.

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El religioso acotó que, así mismo, hay un número indeterminado de desaparecidos. “En los grandes parches donde vamos hay muchos que nunca volvimos a ver, no se sabe a dónde se fueron, qué sucedió con ellos, nunca más volvieron a su parche  y por lo tanto los consideramos como desaparecidos, de muchos no tenemos sus nombres, cédulas, los conocemos solo por sus alias”, sostuvo.

Fray Gabriel subrayó que el desalojo del Bronx, en el centro de Bogotá, hace cinco años, “fue una cosa brutal que envió y diseminó a los habitantes de calle por todo la ciudad”.

Aclaró que según el censo de octubre de 2017 en la capital colombiana había 9.538 habitantes de calle, “pero nosotros pensamos que tres años después pueden ser casi 20.000 y en todo el país hay unos 40.000 mal contados, aumentemos migrantes, desplazados, mujeres en condición de prostitución, indígenas que van llegando, porque en Colombia no han parado ni la guerra, ni el desplazamiento, ni la violencia, y todos ellos se van a las calles y se vuelven habitantes en calle”, enfatizó el clérigo franciscano.

Insistió en que la Comisión Interamericana  de Derechos Humanos “debe prestar más atención a la denuncia sobre los crímenes contra estas comunidades rechazadas.

En el evento de inauguración de la escultura 'Jesús, habitante de calle' en el cerro de Monserrate, estuvieron presentes dos rehabilitados que cayeron en las drogas y vivieron en condición de mendicidad y sin techo.

Testimonio

Carlos Manuel Trujillo, bogotano de 39 años, comenzó a los 18 años el consumo de drogas a través de un amigo. “Yo era insoportable porque me sacaba las cosas de la casa para consumir, me cerraron las puertas y me toco habitar la calle a los 28 años. Era un consumo desmedido al punto que me causó una esquizofrenia y me apartó de la sociedad", relató.

"La escultura es verme ahí acostado, tirado, sentir el frío de la noche, el amanecer sin alimento, es un espejo para mí, ni siquiera tuve la manta, ni los periódicos, simplemente me acostaba en el piso y amanecía así”, comentó Carlos.

Añadió que lo más difícil de estar deambulando es el rechazo de la gente, “que me acerque a pedir una moneda y piensen que lo van a robar, que le hagan distanciamiento todo el tiempo”.

Trujillo cuenta que salió del infierno, “gracias a que una madre en su angustia me lleva con disculpas a un hospital, me internan allí seis meses con un proceso con medicamentos; me decían que no podía trabajar, que estaba perdido para la sociedad, porque no era apto para una conversación, no entendía nada, se reían de mí, mi familia y todos porque no podía hacer un mandado”, relató el exhabitante de calle.

Agregó que luego de terapias de trabajo, aceleración mental en el hospital, el siquiatra le recomendó continuar el proceso en  la comunidad Vicentina de la monjita sor Nohemí, en una finca de Soacha.

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“Me dan la oportunidad y después de un año empiezo a notar la recuperación y ahora me quedan seis meses de proceso, me encargo de cultivar, sembrar papa, cuidar  animales, dar charlas de motivación con otros muchachos ”, concluyó Carlos.

Ricardo Torres Abella tiene 40 años, de los cuales estuvo un año en la calle y más de 15 en las drogas. A los 16 años empezó a consumir y luego se convirtió en callejero.

“Es muy complejo vivir en la calle, una experiencia dura, me enseño muchas cosas de todo lo que ocurre y  hoy aplico, me enseñó a entender las condiciones que pasan todas las personas que viven en la calle”, relató.

Ricardo advirtió que no fue salir de la drogadicción y las calles, “fue un llamado de Dios, yo venía a Monserrate a pedirle al Señor Caído porque no encontraba una salida y se me apareció Sor Nohemí en el barrio Santafé en la calle 22; yo estaba ahí botado en la calle, con una cobija con la que estaba cubierto y se acercó a darme pan, pero más que darme ese pan, encendió en mí una luz de seguir adelante, de luchar por mi propósito y llevo cuatro años de haber terminado mi proceso”, sostuvo Torres con satisfacción.

Por su parte, el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda, indicó que la escultura 'Jesús, habitante de calle', que se encuentra en lo más alto de la ciudad, “nos recuerda que abajo hay miles de personas sin hogar que viven en el pavimento, en las avenidas, en medio de la indiferencia y el rechazo de una sociedad que los discrimina y mata, ante lo cual hay que cambiar esa forma de verlos y darles no sólo una moneda, o un pan, sino el abrigo y el cariño que necesitan en medio de las difíciles condiciones que padecen”.

Más de 4.000 habitantes de calle han sido asesinados en Colombia, en los últimos 10 años

Fuente:
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