Lo que comenzó como una fiesta, terminó siendo el momento más doloroso, angustiante y triste para 34 jóvenes (egresados del Liceo Antioqueño), y tres adultos que viajan en un bus que terminó accidentado en vías de Remedios.
De acuerdo con las autoridades, en medio de este siniestro en el que el bus cayó a un abismo de cerca de 40 metros, murieron 17 personas, entre ellas 16 jóvenes y el conductor del vehículo, mientras que otros 20 pasajeros fueron remitidos a centros asistenciales.
En Bello, la espera se volvió angustiante. John Carvajal, padre de Miguel Ángel Carvajal, de 16 años de edad, relató cómo la comunicación se cortó en un momento, generando preocupaciones en todas las familiares. “Ellos venían de Tolú para Bello. Estaba proyectado que llegaran tipo cuatro, cinco de la mañana. Yo, desde las tres, estaba pendiente… y llegó un punto en el que nadie más reportó”.
La noticia, llegó por medio de uno de los jóvenes que logró escalar la montaña y parar una mula que pasaba por la zona para llamar y pedir ayuda. “Por medio del grupo de WhatsApp indicaron que se había presentado un accidente. Por ahí nos enteramos varias de las familias”, cuenta Diana Arroyave, madre de Miguel Ángel Carvajal.
La mujer narró que su hijo también logró salir a la carretera luego de observar algunos de sus compañeros con vida.
Miguel Ángel es uno de los afortunados, herido, pero con vida. Desde su cama de hospital, le describió a su madre lo que vivió cuando se presentó el accidente: “Él dice que estaba medio dormido cuando sintió que caían y quedó dentro del bus. Sintió como agua y se salió”. Al estar afuera del vehículo, el panorama fue de desolación: “Vio a varios compañeros en el piso, que por ahí había unos como que les hablaron, pero se quedaron dormidos”.
Con una herida en el brazo y el rostro golpeado, el joven escaló la montaña hacia la carretera. “Él sabe que los compañeritos, inclusive la mejor amiga, falleció. Él la vio viva. Él dice que ella no tenía nada… Él está pasmado”, confesó Diana, con la voz quebrada por una mezcla de alivio y dolor compartido.
Por su parte, John Carvajal (otro de los padres), ya junto a su hijo, sostiene esa esperanza de volver a disfrutar de más momentos en familia. “Claro, es mi único hijo. Es la vida de uno. Eso pasó. Pero está esa esperanza de que se va a recuperar, de que va a ser fuerte”.
En medio del luto colectivo, estas familias agradecen a quienes rescataron a sus seres queridos. “Agradecida porque, dada la magnitud de lo que pasó, siento que somos afortunados los papás que quedamos con los niños con vida”, expresa Diana Arroyave.
Pero las buenas noticias no llegaron a todas las familias. María Alejandra Ospina no contó con la misma suerte, su sobrina, Mariana Upegui, de 16 años, hace parte de los jóvenes que perdieron la vida. María manifestó que su sobrina siempre se veía llena de vida y había pasado a la Universidad de Antioquia.
“Y duele mucho porque no es solo mi niña, son 16 niños más que también se fueron. Y eso pesa, eso pesa mucho, mucho. Alguien tiene que responder por todo esto, por el amor de Dios”, fueron las palabras de la tía de Mariana.
Un helicóptero de la Policía partió desde Segovia con los cuerpos de los 16 estudiantes y el conductor, quienes fueron entregados a Medicina Legal de Bello, donde adelantan los trámites finales para que sus familias los despidan con honores.
La comunidad del Valle de Aburrá se reunió este domingo, a las 7:00 de la noche, a rendir homenaje a estos 16 jóvenes que perdieron la vida. Hoy la comunidad educativa llora a estas personas que apenas comenzaban a vivir.