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Bogotá enfrentó este jueves su cuarto día de caos y bloqueos debido a la protestas de camioneros y transportadores de carga, que llevó a la ciudad a experimentar desabastecimiento de algunos alimentos y la suspensión de clases hasta nueva orden.
La Secretaría de Movilidad de Bogotá reportó que 18 puntos de la ciudad estaban este jueves bloqueados, afectando gravemente la movilidad y la productividad en la región.
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Entre los puntos críticos se encontraban la Avenida Caracas con la carrera 9 en Molinos, el Portal Suba, y varios cruces en la Avenida Boyacá, así como vías importantes como las que conducen a los municipios de La Calera y de Choachí.
Estos bloqueos generaron un efecto dominó, con el cierre de estaciones de Transmilenio y la interrupción de servicios esenciales. A pesar de que el sistema de transporte masivo ha logrado mantener algunas rutas, el Portal Usme permanecía sin operar.
En respuesta a la situación, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció la intervención de la fuerza pública en varios de los puntos críticos para intentar restablecer el flujo vehicular y mitigar el impacto en la economía local.
La Unidad Nacional de Mantenimiento del Orden (UNDMO, policía antidisturbios) habilitó cinco lugares clave, intentando normalizar la situación en medio de un ambiente de creciente tensión.
El paro camionero no solo ha afectado el transporte, sino también la salud pública, lo que llevó al Distrito a declarar alerta verde hospitalaria. Esta medida se tomó en consideración a la crisis de movilidad que ha dificultado el acceso a servicios médicos y emergencias.
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Además, la empresa Enel (productora y distribuidora de energía) informó sobre retrasos en la atención de fallas y emergencias, lo que ha exacerbado la crisis en la infraestructura de servicios básicos.
En medio de este panorama, el gremio de los bicitaxis anunciaba este jueves su intención de protestar por la falta de garantías laborales, lo que podría añadir más bloqueos en los portales de transporte.
A la luz de estos acontecimientos, el Distrito decidió suspender las obras de mantenimiento vial programadas en Bogotá para evitar mayores complicaciones. Las pérdidas económicas ya son multimillonarias y se teme que el desabastecimiento de alimentos se agrave si el paro continúa.
