Estados unidos está pagando más de $4 millones a quienes usen una app: esta es la condición
Esta opción del gobierno Trump, ha sido catalogada como una "oportunidad histórica" para miles de personas.

El gobierno de Estados Unidos ha dado un giro radical a su estrategia migratoria al lanzar un programa que paga 1.000 dólares a los migrantes que acepten autodeportarse.
Bajo el segundo mandato del presidente Donald Trump, la nueva política se presenta como una "oportunidad histórica" para que extranjeros en situación irregular abandonen voluntariamente el país, evitando arrestos, detenciones prolongadas y procesos judiciales.
El anuncio lo hizo el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), que confirmó que la iniciativa se canalizará a través de una nueva aplicación móvil llamada CBP Home, diseñada específicamente para facilitar el registro y salida voluntaria de migrantes indocumentados.
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Una app para autodeportarse con recompensa
CBP Home es una herramienta tecnológica que permite a los migrantes declarar su intención de regresar a su país de origen sin necesidad de intervención directa por parte de agentes migratorios. A quienes completen el proceso y confirmen su salida, el gobierno les entregará 1.000 dólares, además de cubrir ciertos costos de viaje, según explicó el DHS en un comunicado oficial.
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“Si se encuentra aquí indocumentado, la autodeportación es la mejor manera, la más segura y la más económica de salir de Estados Unidos y evitar ser arrestado”, declaró Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, quien lidera esta iniciativa en el marco de una ofensiva migratoria sin precedentes.
Aunque esta medida podría parecer inusual, el propio gobierno reconoce que representa un ahorro significativo frente al procedimiento tradicional de deportación. Actualmente, deportar a un migrante indocumentado cuesta al Estado en promedio 17.121 dólares, incluyendo gastos de detención, transporte y procesos judiciales.
Con el nuevo modelo, ese gasto se reduciría hasta en un 70 %, incluso sumando el bono económico otorgado al migrante.
Un hondureño, el primer caso confirmado
Según el DHS, ya se registró el primer caso exitoso de este programa: un ciudadano hondureño utilizó la aplicación para solicitar su retorno voluntario y recibió un boleto de avión desde Chicago hasta Tegucigalpa. No se han revelado más detalles del caso, pero el gobierno lo muestra como ejemplo del tipo de retorno ordenado que busca fomentar.
Durante una reunión de gabinete celebrada en abril, Noem mencionó que existen entre 20 y 21 millones de personas que deberían retornar a sus países, aunque las cifras oficiales más recientes indican que en 2022 había cerca de 11 millones de migrantes en situación irregular o con estatus temporal dentro de Estados Unidos.
Represión migratoria y deportaciones masivas
Desde el inicio de su segundo mandato en enero de 2025, Trump ha endurecido su discurso y sus políticas migratorias. Bajo su administración, cualquier persona que haya ingresado sin visa o permiso —incluso quienes iniciaron un proceso de asilo durante el mandato de Joe Biden— puede ser tratada como criminal y susceptible de deportación inmediata.
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Entre las acciones más polémicas está la deportación de más de 200 ciudadanos venezolanos que fueron trasladados al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador, acusados de pertenecer al Tren de Aragua, una banda venezolana que la administración Trump ha catalogado como "organización terrorista global".
De acuerdo con la Casa Blanca, el gobierno salvadoreño aceptó recibir a los presuntos pandilleros a cambio de seis millones de dólares, lo que ha despertado preocupación en organismos defensores de los derechos humanos, debido a que algunas deportaciones habrían ocurrido sin debido proceso legal, basándose únicamente en tatuajes sospechosos o criterios poco claros.
Inteligencia de EE. UU. contradice a Trump
Un informe desclasificado del Consejo Nacional de Inteligencia pone en duda las bases de estas deportaciones. El documento, fechado el 7 de abril, sostiene que no existe evidencia concluyente de que el Tren de Aragua esté vinculado al gobierno de Nicolás Maduro, contradiciendo la narrativa utilizada por Trump para justificar las expulsiones masivas.
“El régimen de Maduro probablemente no tiene una política de cooperación con el TDA ni dirige sus operaciones en Estados Unidos”, señala el informe, que fue divulgado tras una solicitud bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA) realizada por la Fundación para la Libertad de Prensa (FPA).
Esta revelación coincide con investigaciones previas del New York Times, lo que ha generado una nueva controversia en torno a la veracidad de las afirmaciones del presidente sobre amenazas migratorias, terrorismo y seguridad nacional.
En respuesta, el Departamento de Justicia inició una investigación criminal sobre la filtración de información clasificada, acusando a funcionarios anónimos de intentar "socavar la agenda del presidente Trump".
Críticas desde el ámbito jurídico y humanitario
Abogados de migrantes deportados han denunciado la falta de pruebas y el uso de perfiles raciales y físicos, como tatuajes, para justificar detenciones. Varios familiares aseguran que sus seres queridos no tienen vínculos con pandillas y que han sido enviados al CECOT injustamente, sin acceso a un juicio ni representación legal adecuada.
Por su parte, organizaciones de derechos civiles advierten que el nuevo enfoque de “autodeportación incentivada” podría derivar en una estrategia encubierta de expulsiones masivas sin garantías judiciales. Además, consideran que la oferta de dinero a cambio de salir del país es una forma de coacción para personas que, en muchos casos, huyen de contextos de violencia o pobreza extrema.
Una política con impacto internacional
El plan del gobierno de Trump no solo busca frenar el ingreso de migrantes, sino también limpiar el sistema migratorio de personas que ya se encuentran dentro del país. Bajo esta lógica, la autodeportación asistida se plantea como una alternativa "humanitaria", aunque sus implicaciones éticas y legales están siendo cuestionadas en múltiples frentes.
El uso de tecnología como CBP Home introduce un nuevo paradigma en la forma en que se gestionan las salidas de migrantes, pero también plantea interrogantes sobre la privacidad de datos, la libertad de decisión de los usuarios y el acceso igualitario a los beneficios que promete el programa.