El escritor y profesor español Rafael Narbona Monteagudo afirmó en entrevista en el programa de Habla con Ella, de La FM, que no tener hijos no implica necesariamente una vida marcada por la soledad, y señaló que la falta de comunidad y de vínculos afectivos es un problema que atraviesa a personas con y sin familia.
Narbona explicó que él y su esposa superan los 60 años y no tuvieron hijos por motivos de salud, una situación que lo llevó a reflexionar públicamente sobre este tema.
“No elegimos no tener hijos, sino que por problemas de salud nos resultó imposible”, señaló.
¿Qué significa llegar a los 60 años sin hijos?
Narbona sostuvo que la soledad no deseada es una experiencia distinta al hecho de no tener hijos. Recordó que un mensaje publicado en redes sociales sobre este asunto tuvo amplia repercusión. “Muchas personas me dijeron: ‘Tengo hijos y también estoy muy solo’”, relató.
Según explicó, esa reacción confirmó que la presencia de hijos no garantiza compañía en la vejez.
“Tener hijos tampoco es una garantía de que vayas a tener cuidados y compañía”, dijo, al referirse a los testimonios recibidos.
El escritor compartió su experiencia familiar al cuidar a su madre durante varios años, así como la observación de residencias donde vivían personas mayores con hijos que recibían visitas esporádicas. A partir de ello, afirmó que el problema va más allá de la estructura familiar tradicional. Para Narbona, la desintegración de los lazos familiares y comunitarios es un factor central.
¿Por qué el amor y la comunidad son claves frente a la soledad?
El escritor señaló que sus libros recientes abordan estos asuntos y destacó la importancia de lo que denominó “invertir en afectos”.
Narbona explicó que ha construido vínculos con amigos, vecinos y antiguos alumnos, relaciones que han sido relevantes en momentos difíciles y se han constituido como un soporte para él.
Basándose en esto, insistió en que la empatía no depende únicamente de la paternidad. “La empatía no se desarrolla solo por tener hijos”, indicó, al señalar que esta capacidad se forma a través de la educación y las relaciones humanas.
Aislamiento y falta de comunicación
El entrevistado afirmó que la sociedad actual favorece el aislamiento y la falta de comunicación. Describió experiencias cotidianas en las que las personas evitan interactuar incluso en espacios compartidos, lo que, a su juicio, profundiza la sensación de soledad.
Narbona también se refirió a la importancia de un relevo generacional simbólico, aunque aclaró que no considera prioritario preservar su herencia genética.
El escritor expresó cierta preocupación por el destino de objetos personales y recuerdos familiares, aunque subrayó que no pretende transmitir una visión pesimista.
“No quiero dar un mensaje de que es horrible pasar por la vida sin hijos”, dijo.
Finalmente, reiteró que el reto principal es reconstruir el sentido de comunidad y fortalecer los vínculos humanos. “Lo importante es recomponer el sentido de comunidad y crear vínculos afectivos”, concluyó, al señalar que la soledad es un fenómeno que atraviesa a amplios sectores de la sociedad, independientemente de la existencia de hijos.